Identificados los restos de una de las desaparecidas en Oregón

Una multitud de vecinos se congregó ayer con velas y flores alrededor de la casa de Ashley Pond, cuyos presuntos restos analizaban a esas horas los forenses de Oregón para confirmar la terrible sospecha de que hubiera sido violada y asesinada, como su amiga Miranda Gaddis, también de 13 años de edad, cuyo cuerpo fue hallado el sábado pasado. Con ello se cerraría uno de los múltiples casos de niñas desaparecidas a lo largo y ancho de Estados Unidos en los últimos meses. El desenlace, como en casi todos, no podía ser más tortuoso. El presunto asesino de ambas es un hombre de 39 años llamado Ward Waver, que paradójicamente se encuentra en la cárcel por haber violado a la novia de su hijo de 19 años. El pasado familiar de Waver guarda otro secreto no menos turbio. Su padre se encuentra en el corredor de la muerte de California por matar a una mujer y enterrarla en el jardín. Es ahí precisamente donde la policía ha encontrado el macabro hallazgo. El sábado 40 agentes y tres perros tomaron la casa de alquiler en la que Waver vivía hasta su detención. En el cobertizo encontraron restos humanos que este lunes fueron identificados como los de Miranda Gaddis, desaparecida de camino al colegio el pasado 8 de marzo. Horas después levantaron una enorme lápida de hormigón que Waiver había construido en el jardín coincidiendo con la desaparición de Pond en enero pasado, vista por última vez a las afueras del edificio en el que vivía. Bajo ella encontraron un barril con los restos que analizaban ayer los forenses. Vecino cordial Las madres de ambas niñas habían pedido privacidad a la prensa. Su abogada, Linda Beloof, aseguró que se encontraban absolutamente devastadas y en shock ante la idea de que sus hijas hubieran estado a sólo unos pocos metros de sus casas. Waiver era un vecino que mantenía relaciones cordiales con las chicas y en diferentes ocasiones se había ofrecido a llevarlas a la escuela. La hermana de Gaddis la recordó con lágrimas en los ojos como una chica que siempre sonreía y a la que todo el mundo adoraba. «Quería ser modelo», apuntó. La policía no ha respondido a las acusaciones de la ex mujer de Waiver, que asegura que hace meses que notificó al FBI de que debería investigar qué había debajo de esa lápida de hormigón. El sheriff del condado se limitó a responder que «entramos tan pronto como tuvimos autoridad legal para hacerlo».