La Liga Árabe rechaza un ataque estadounidense contra Irak
La Liga Árabe rechazó de forma unánime los planes estadounidenses de un ataque contra Irak, al tiempo que instó al gobierno iraquí a aceptar el regreso de los inspectores internacionales de desarme, durante una reunión celebrada ayer en El Cairo. El secretario general de la organización, el egipcio Amr Musa, advirtió que una incursión contra Bagdad como la que Washington planea «abriría las puertas del infierno en Oriente.» Por este motivo, luego de asistir a la reunión de ministros árabes de Asuntos Exteriores, declaró que seguirán trabajando para prevenir cualquier acción militar estadounidense. Musa añadió que el regreso de los inspectores debería producirse en el marco de un acuerdo específico entre el Gobierno de Sadam Hussein y Kofi Annan, quien en la anterior crisis iraquí, en 1998, consiguió evitar en un primer momento el ataque estadounidense. Irak impreciso El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Naji Sabri, indicó que una «solución global» resultaría útil para «los intereses de la ONU» y que, además, «llevaría al levantamiento del embargo». No obstante, Sabri no llegó a precisar si su país aceptaría o no el regreso de la comisión de expertos de la ONU, como se lo ha pedido la Liga Árabe. En efecto, hasta ahora, el régimen de Sadam Hussein se ha mantenido invariable en su posición: aceptará a los inspectores sólo en el caso de que su regreso se haga dentro de un «acuerdo global» sobre el levantamiento de las sanciones, que le fueran impuestas tras invadir Kuwait en agosto de 1990. Esta oferta ha sido rechazada por Estados Unidos, que insiste en el regreso sin condiciones de los inspectores. Tras los aliados Mientras tanto, el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente estadounidense, George W. Bush, se reunirán este fin de semana en Camp David (Estados Unidos), para discutir sobre la negativa de Irak a cumplir con las resoluciones de la ONU, señaló un portavoz de Downing Street. Por su parte, el líder conservador británico, Iain Duncan Smith, y el líder liberal demócrata, Charles Kennedy, pidieron a Blair que convoque el Parlamento para que se debata en la Cámara de los Comunes la situación en Irak, así como las posibles vías de intervención en esa crisis. Kennedy envió una carta al presidente de la Cámara de los Comunes pidiendo que, tan pronto como regrese Blair, sean los parlamentarios quienes puedan dar su opinión sobre el conflicto iraquí.