Blair amenazado por una gran rebelión de los laboristas

El primer ministro británico, Tony Blair, parece abocado a una rebelión del grupo parlamentario laborista, quizá la mayor en sus seis años de mandato, debido a su apoyo incondicional a Estados Unidos en la crisis iraquí. La Cámara de los Comunes votó anoche sobre la posición oficial británica con respecto al régimen de Sadam Husein y entre 80 y 100 parlamentarios laboristas apoyaron una enmienda que afirma que, «de momento, no han sido probados los argumentos en favor de una acción militar» contra el régimen de Irak. El Gobierno ha pedido a los parlamentarios su apoyo a una moción que afirma que el régimen de Sadam Husein afronta la «última oportunidad» de cumplir con su obligación de desarmarse. Tony Blair hizo ayer ante los Comunes un último intento de convencer a los escépticos de que Sadam debe ser desarmado, aunque sea por la fuerza. El líder del Partido Liberal, Charles Kennedy, ya avanzó que no apoyará al Gobierno, al que acusó de «precipitarse» en apoyo de una «guerra preventiva» liderada por el Gobierno de George W. Bush. «Los argumentos que hemos dado sobre Irak son correctos. Espero que la gente los escuche», aseguró ayer Blair.