Los marines ignoraron la advertencia de evitar el saqueo de los museos

El documento que publica The Observer, enviado el pasado 27 de marzo por la Oficina para la Reconstrucción y la Ayuda Humanitaria, organismo elaborado para supervisar los trabajos en Irak tras la guerra, advertía que el Museo Nacional de Bagdad podría ser saqueado aprovechando los combates, lo que supondría «una irreparable pérdida de tesoros culturales de enorme importancia para toda la humanidad». Jay Garner, jefe de la ORHA, aseguró estar «perplejo» y «furioso». «Pedimos sólo unos pocos soldados para cada edificio o uno o dos tanques, que no servían para nada una vez tomada la ciudad, pero los generales se negaron y pasó lo que pasó», añadió. Las tropas norteamericanas alegan en su defensa que su trabajo prioritario durante los primeros días de la toma de Bagdad era acabar con los focos de resistencia en la ciudad. En este documento, la ORHA, que depende del Pentágono, fijaba la protección del Museo como la segunda prioridad de seguridad tras la toma de la capital, dentro de una lista de 16 instituciones «que requieren seguridad lo antes posible para evitar más daños materiales y destrucción». El Ministerio del Petróleo, que figuraba en la última posición en la lista de prioridades, fue perfectamente protegido por el Ejército norteamericano, tal y como refleja el periódico británico. La Unesco ha concluido que en los saqueos se han robado casi 200.000 objetos prehistóricos, de hasta 5.000 años antes de Cristo, que están valorados en miles de millones de dólares. Hasta el momento han sido devueltas unas 20 piezas del Museo de Bagdad. Estados Unidos ya ha enviado a la capital iraquí un equipo de agentes del FBI para investigar estos saqueos y tratar de recuperar el mayor número de piezas posible. Dos semanas después del envío de esta memoria, se dijo a la ORHA que nunca había sido leída. En esta lista no estaban incluidos los hospitales iraquíes, ya que este organismo no se imaginó que los iraquíes «asesinarían a su propia gente». Mientras, 41 retratos robados del depuesto presidente Sadam, además de otras pinturas, fueron decomisados ayer en las fronteras jordanas, en estado de alerta.