Diario de León

Cambio de estrategia del Gobierno norteamericano ante las presiones de la prensa y el Senado

Bush , acosado, dice que Sadam no tenía armas pero sí un programa para hacerlas

Los dos principales cabecilla de Al Qaida detenidos en EE.UU. niegan la vinculación de Bin Laden con Irak

Dos militares norteamericanos detienen a un iraquí, ayer, en la localidad de Faluja

Dos militares norteamericanos detienen a un iraquí, ayer, en la localidad de Faluja

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Bárbara Celis D'Amico - corresponsal | washington
León

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El cúmulo de argumentos que sirvieron para justificar la invasión de Irak se están derrumbando como si se tratara de un castillo de naipes. Después de que se revelaran las presiones del gobierno para manipular los informes de la CIA sobre las armas de destrucción masiva, ayerse supo que dos de los cabecillas de Al Qaida que están en manos de las autoridades estadounidenses declararon hace más de un año a la CIA, en interrogatorios separados, que el régimen de Sadam Huseín no mantenía ningún vínculo con el grupo terrorista, justo lo contrario de lo que en su momento aseguró el Gobierno de George W. Bush. Ambos detenidos han asegurado que Bin Laden nunca quiso que se les relacionara con el régimen de Sadam y el partido Baaz. «La historia y el tiempo probarán que Estados Unidos tomó la decisión adecuada al liberar a Irak de las garras de Sadam Husein. [..] La inteligencia sabía que tenía un programa de armamento durante toda la década. Yo estoy absolutamente convencido de que con tiempo, encontraremos que tenía un programa de armas de destrucción masiva». Con estas palabras el presidente George W. Bush se unió ayer a la nueva estrategia defensiva del Gobierno que el domingo estrenaron la consejera de Seguridad Nacional Condoleezza Rice y el secretario de Estado Colin Powell. Para salir al paso de las acusaciones de demócratas y analistas respecto a la supuesta manipulación de los informes de la inteligencia con los que el gobierno de Estados Unidos convenció a congresistas y opinión pública de la necesidad de atacar a Irak, Bush y sus asesores han decidido enfatizar que sabían que Sadam tenía un programa de armas de destrucción masiva, que no es lo mismo que afirmar que Sadam poseía esas armas, que fue el argumento utilizado para atacarle. El sutil juego de palabras serviría así para defender los informes de la inteligencia y evitar las acusaciones de manipulación. La polémica también se abrió al saberse ayer que más de 200.000 iraquíes están cobrando sueldos de Estados Unidos pero menos de la mitad de ellos trabajan. En Irak, donde sigue reinando el caos, ayer murió otro soldado estadounidense en un retén.

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