A la orden, señor Estado

El Gobierno chino quiere trasladar a la fuerza a 100 millones de campesinos residentes en las deprimidas provincias occidentales a la costa tras confirmarse el fracaso del plan de desarrollo del oeste chino. Las provincias occidentales chinas -habitadas en su mayoría por minorías étnicas y caracterizadas por un clima extremo- representan el 70% de la superficie total, pero acogen únicamente un 25% de la población. Con el objetivo de sacar al oeste chino de su atraso secular, el Gobierno lanzó en 1999 un plan de desarrollo que pretendía «modernizar» e «industrializar» esta zona con la ayuda de la inversión exterior, hasta ahora centrada, casi exclusivamente, en la costa. Esta ola migratoria de campesinos occidentales se establecería en tres cinturones urbanos: el núcleo septentrional formado por Pekín y Tianjin (puerto), y los deltas del Río Yangtsé (este) y del Río de la Perla (sur). El traslado de 100 millones de campesinos a los polígonos industriales de la costa traicionaría el plan original de Pekín, que planeaba enviar 300 millones de colonos de la etnia mayoritaria a las provincias rebeldes: Tíbet, Xinjiang, Mongolia Interior, Gansu y Qinghai. Esta política ha fracasado tanto a la hora de convencer a los colonos a aceptar puestos de trabajo permanentes en el árido oeste como al intentar borrar la ansias independentistas de las minorías o al extender el conocimiento del mandarín, el idioma oficial. Una de las razones de este cambio es el deterioro de la situación y el aumento de la conflictividad laboral en el cinturón industrial del noreste. Debido al actual vacío legal, los 94 millones de campesinos Min Gong que emigran anualmente a las ciudades son víctimas de toda clase de vejaciones por parte de los empresarios y únicamente el 40% de sus hijos están escolarizados. Ciento cincuenta millones de habitantes del campo chino -de los 450 millones de personas en edad de trabajar-, carecen de ocupación, por lo que emigran a las ciudades, donde ansían encontrar un trabajo fijo bien remunerado. Los emigrantes procedentes del campo son los artífices del rápido crecimiento económico registrado por el gigante asiático en los últimos años y que se sustenta, entre otros factores, en el bajo coste de la mano de obra.