Aznar apela ante el Capitolio al peligro de las armas para justificar la guerra

El presidente del Gobierno, José María Aznar, defendió ayer ante el Capitolio estadounidense que la «firmeza» ha logrado progresos en la lucha contra las armas de destrucción masiva (ADM). «Los avances en la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva que hemos visto recientemente no habrían sido posibles sin la firmeza de nuestros planteamientos», manifestó en una intervención de 22 minutos (dos de ellos dedicados a la guerra) que no incluyó alusiones a la existencia de este tipo de arsenales en Irak. «La amenaza que la proliferación de este tipo de armas supone para la seguridad de todos es real. Su posible utilización por grupos terroristas es un riesgo ante el que no podemos permanecer inactivos», agregó Aznar ante un Congreso agradecido que interrumpió con numerosos aplausos su discurso. El presidente español, ignorando la polémica en la que está sumido tanto el gobierno norteamericano como el suyo propio por las mentiras entorno a las armas de destrucción masiva cuya supuesta existencia motivó la invasión de Irak, sugirió que el debate entorno al tema es erróneo. «La posible utilización por grupos terroristas es un riesgo ante el que no podemos permanecer inactivos. (...) Cerrar los ojos ante esta realidad, equivocarnos en el verdadero debate, en las auténticas prioridades, sería una grave irresponsabilidad que acabaríamos pagando caro en nuestra seguridad y nuestra libertad» afirmó. Ovación contra Castro Aznar, a quien acompañó al congreso estadounidense la ministra de Asuntos Exteriores Ana Palacio y su esposa Ana Botella, puso mucho énfasis en subrayar las buenas relaciones entre España y Estados Unidos y aseguró que una de las «grandes satisfacciones personales y políticas de estos años ha sido la relación que he podido establecer y desarrollar con los presidentes Clinton y Bush». Aznar calificó el momento que atraviesan las relaciones entre ambos países de «excepcional» e hizo hincapié en la necesidad de que Europa y Estados Unidos se lleven bien. «La relación atlántica nos fortalece y hace del mundo un lugar más seguro y más libre». También reiteró su propuesta de crear una zona de libre comercio entre ambos continentes para el 2015 y en la que afirmó que debería integrarse también a Iberoamérica. Uno de los más sonoros y prolongados aplausos que recibió el presidente durante su intervención estuvo motivado por su alusión a la «liberación» de Cuba. «La isla es una de las últimas anomalías históricas, no ya de las Américas, sino del mundo entero. Quiero reiterar aquí mi deseo y esperanza de dar pronto a Cuba la bienvenida a la comunidad de naciones libres». El presidente no olvidó las heridas causadas por el terrorismo en un país cuya rumbo histórico cambió tras el 11-S y aseguró: «El pueblo norteamericano respondió con una admirable lección de civismo y responsabilidad (a los atentados). Fue una de las páginas más hermosas de nuestra época».