El Tribunal Supremo israelí frena las obras de un tramo del muro

El Tribunal Supremo de Israel ordenó ayer la paralización durante una semana de un sector de la barrera que se está construyendo en Cisjordania para atender los recursos que han presentado ocho pueblos palestinos a los que va a afectar la barrera. Las obras paralizadas corresponden a un sector de los territorios ocupados situado al noroeste de Jerusalén. Lo más curioso es que un grupo de colonos judíos del asentamiento de Mevaseret Zion también exigen la suspensión de las obras en esa zona. Los palestinos han presentado los recursos aunque no confían en las decisiones del Supremo, puesto que consideran que normalmente el máximo tribunal israelí actúa como cobertura jurídica de las decisiones políticas que toma el Gobierno. El ministro de Defensa, Shaul Mofaz, criticó la decisión del Supremo argumentando que la paralización de las obras permitirá que se cometan más atentados en el interior de Israel. «Los retrasos en la construcción de la barrera permitirán que los kamikazes puedan entrar en Israel», advirtió Mofaz. «Espero que en las próximas sesiones seamos capaces de clarificar las cuestiones de manera que se permita continuar la construcción de la barrera, ya que se ha probado que es muy útil para detener a los suicidas», explicó el ministro de Defensa. En el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de la Haya tuvieron lugar la semana pasada las audiencias sobre la barrera y se espera que en cuestión de semanas o meses ese tribunal dictamine si las obras son legales o ilegales conforme a la legislación internacional. Sin embargo, la decisión del TIJ no será vinculante para Israel. Los dirigentes israelíes tratan de no hablar de la barrera y de la ocupación militar de Cisjordania y Gaza y ahora centran sus comentarios en el plan unilateral de separación de los palestinos que ha ideado el primer ministro Ariel Sharón.