Diario de León

El CNI tacha de «inverosímiles» las acusaciones y la ministra Ana Palacio presentará una protesta formal ante Harare

Zimbabue acusa al espionaje español de apoyar el intento de golpe en Guinea

El líder de los mercenarios dice que su objetivo era traer a Obiang a España

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agencias | harare/madrid
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«Los mercenarios recibie-ron ayuda del servicio secreto británico (MI6), el español (CNI) y la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA)». El ministro del Interior de Zimbabue, Kembo Mohadi, se mostró ayer muy seguro al hacer estas declaraciones en una rueda de prensa. También lo estuvo a la hora de explicar cual era el objetivo de los cita-dos militares a sueldo (un total de 64), que fueron detenidos el domingo en Harare, a bordo de un avión estadounidense: «Iban a derrocar el Gobierno de Gui-nea Ecuatorial». Según las declaraciones de Mohadi, los agentes occidentales habrían convencido «al jefe del espionaje guineano para no oponer resistencia y cooperar con los golpistas», prometiéndole para ello cargos gubernamentales en las instituciones que surgieran tras el golpe de Estado. Testimonio del cabecilla Estas afirmaciones del ministro procederían del testimonio de Simon Mann, uno de los dete-nidos el pasado domingo mien-tras esperaba al Boeing 727 que fue inmovilizado e intervenido en el aeropuerto de la capital. Mann, un antiguo miembro de las fuerzas especiales británicas SAS, está considerado como uno de los máximos dirigentes de la Executive Outcomes (EO), la más importante sociedad de mercenarios del mundo (aunque hace años que no está activa) y uno de los fundadores de la Private Military Company (PMC), surgida precisamente de las cenizas de la EO. La ministra sudafricana de Exteriores, Nkosazana Dlami-niZuma, ha asegurado en un encuentro con los periodistas que sus investigadores han verificado que había armas en el avión. Cree también que los detenidos están relacionados con siete supuestos mercena-rios sudafricanos capturados en Guinea Ecuatorial, junto a otros ocho militares a sueldo, procedentes de diversos países (Sudáfrica, Angola, Armenia y Santo Tomé y Príncipe). Precisamente, la agencia misionera Misna informó ayer que el supuesto cabecilla de los detenidos en Malabo, el sudafricano Nick Dutoit, tenía como objetivo secuestrar al presidente Teodoro Obiang y traerlo a España para remplazarlo por el líder opositor Severo Moto. Dutoit, al tiempo que esperaban ayuda de otros combatientes reclutados en la República Democrática del Congo (RDC). Según la agencia, Dutoit, iden-tificado como un traficante de armas y diamantes, hizo estas declaraciones a la televisión ecuatoguineana. El sudafrica-no, de 48 años, habló en inglés sentado ante una mesa junto a todos los embajadores extranje-ros acreditados en el país. Fuentes diplomáticas españolas confirmaron que el ministro de Exteriores, Pastor Michá, convocó el martes a todos los embajadores para informarles de la intentona golpista y que en la reunión estaba Dutoit, con lo que es posible que las decla-raciones se realizaran durante ese acto. El propio presidente Teodoro Obiang aseguró ayer que «en el transcurso de los interrogat-rios, hemos descubierto que los mercenarios estaban financiados por poderes enemigos, por compañías multinacionales, por países que no nos quieren». El mandatario no quiso identificar a ningún país o empresa. El mi-nistro de Información, Agustín Nze, explicaba a este periódico que «estamos esperando a tener todos los datos bien atados. No se puede acusar a la gente hasta que no compro-bemos cada detalle. Protesta formal española Obiang aprovechó para insistir en la petición de extradición de Severo Moto, al que acusa de estar detrás de la operación y que se encuentra exiliado en Madrid. La solicitud obtuvo la respues-ta de la ministra de Exteriores, Ana Palacio, quien explicó que responder a la petición es algo que «depende de los jueces». La ministra Ana Palacio también instó a la embajada española en Zimbabue a formular una protesta formal por las acusaciones de aquel país. Mientras, fuentes del CNI negaban cualquier implicación en el asunto de los mercenarios y el intento de golpe de Estado.

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