El entorno de Arafat se niega a admitir las malas noticias de París

Yaser Arafat continuaba ayer debatiéndose entre la vida y la muerte en el hospital militar de Percy, que en su último parte médico se limita a asegurar que el estado de salud del «rais» «no se ha agravado» y «se considera estable» con respecto a la información dada el jueves. El portavoz del centro, el general Christian Estripeau, no ha aclarado, sin embargo, hasta qué punto el estado de coma en que se encuentra, que ya nadie desmiente, puede ser reversible. Tras días de pruebas, no conocen la causa exacta de su enfermedad. La representante palestina en Francia, Leila Shahid, negaba que se haya producido la muerte cerebral y defendía que el presidente de la Autoridad Palestina pueda despertar en cualquier momento. «La situación está bajo control -aseguraba- y tanto puede durar mucho como poco tiempo». Según el diario Le Monde existen diferencias de apreciación entre Shahid y los médicos franceses sobre el momento en que el paciente habría emprendido técnicamente el camino de no retorno. De momento, el desmentido de la representante palestina consigue ganar el tiempo imprescindible para organizar su sucesión y su entierro. Arafat continúa su agonía en la unidad de cuidados intensi-vos, donde fue trasladado el miércoles. El pesimismo crece entre algunos colaboradores que le velan y que empiezan a asumir que el anuncio de su muerte «no es más que una cuestión de tiempo».