La?mujer que quiere ser canciller

Ángela Merkel, una humilde hija de un pastor protestante en la ex RDA de 50 años y doctorada en Física, fue reelegida ayer por tercera vez como presidenta de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) por un 88,41 por ciento de los votos. Pero la líder del partido más importante de la oposición fracasó en su gran sueño de ser elegida por aclamación y obtener, con dos años de antelación, una designación automática como abanderada de su partido para recuperar el poder en las elecciones nacionales, que tienen lugar en el otoño de 2006. De hecho, el resultado de ayer es el peor que ha obtenido desde que fue elegida por primera vez, en abril del año 2000, como presidenta de la CDU, cuando obtuvo un espléndido 95,9 por ciento de los votos. Eran otros tiempos, la CDU necesitaba caras nuevas después del gran escándalo de las cuentas secretas de Helmut Kohl y Ángela Merkel tenia la bendición de ser, además, una política que venía de la RDA, una autentica ossi . De hecho, Ángela Merkel es la única dirigente política que nació y vivió en la ex RDA que ha logrado ocupar los cargos más importantes en el principal partido de la oposición: presidenta y jefa del grupo parlamentario de la CDU. Hace dos años, Merkel se convirtió en la mujer con más poder político en Alemania cuando un congreso realizado en Hannover la reeligió con un 93,7 por ciento de los votos. Ayer, la líder llegó al congreso decidida a conquistar el alma de los delegados y, durante casi dos horas, la niña , como solía llamarla su padrino político, Helmut Kohl, atacó con furia al Gobierno, cerró las puertas de la Unión Europea a Turquía, prometió unidad interna para su partido y rescató un nuevo y peligroso tema político para los próximos años: el patriotismo. Ángela Merkel recibió un largo aplauso que duró ocho minutos, pero no fue un aplauso apoteósico, ni triunfal, como ella deseaba. El ánimo del congreso hacia su líder quedó reflejado en el resultado de la votación, el peor en los últimos cinco años. Fin del «canibalismo» Uno de los pasajes más aplaudidos del discurso de Merkel, fue cuando se refirió a la necesidad de poner fin a una dañina tendencia a la autodestrucción en el seno del partido. «Hay que atacar al adversario y dejar de disparar en las filas del partido», dijo, al evocar la lucha interna que aún predomina en su partido y los ataques que constantemente recibe desde Baviera, donde Edmund Stoiber todavía no pierde las esperanzas de volver a desafiar al actual canciller alemán. Pero, a pesar del énfasis puesto para expulsar del partido la lucha fraticida, 110 delegados votaron en contra de Ángela Merkel, una advertencia que puede terminar convirtiéndose en una serie amenaza para sus aspiraciones de llegar a ser la primera mujer en ser designada candidata al cargo de canciller de Alemania.