Alerta, niño tsunami

Nando es cingalés, pero desde hace varios años reside en Italia. Pocos días después del tsunami vio en la televisión la imagen de un bebé de nueve meses que había sobrevivido en el mar flotando sobre un colchón. El pequeño había sido rescatado por el Ejército de Sri Lanka en una zona próxima a la casa de los padres de Nando, una familia de pescadores de las inmediaciones de Colombo. El 4 de enero, el emigrante tomó un avión en dirección a la capital de su país natal. Su intención era adoptar al pequeño, unas gestiones que ya había encargado iniciar a su familia tras ver la noticia en televisión. «Mi familia vive en un área próxima a donde encontraron el bebé. Hemos hablado con el abuelo y parece que no habrá problemas para que podamos acogerlo. Debemos pagarle algo y los trámites pueden tardar un año, pero¿», explicaba en el avión donde coincidí con él. Los siguientes intentos de contactar con Nando para saber si había conseguido iniciar los trámites legales de adopción fallaron. En una conversación telefónica posterior al 4 de enero aseguró que le había surgido un asunto y que estaba fuera de la capital. Al parecer este joven cingalés no fue el único que agilizó las gestiones para adoptar a uno de los muchos niños que han quedado huérfanos tras el maremoto y que se conocen ya como la «generación del tsunami». Unicef estima que los pequeños que han perdido a sus padres en todos los estados afectados por el maremoto suman en torno a los 1,5 millones. Fue precisamente la lluvia de demandas de adopción y las alarmas levantadas desde Unicef sobre el supuesto tráfico de menores por redes de prostitución las que empujaron al Gobierno de Sri Lanka, al igual que a los ejecutivos de Tailandia e Indonesia, a prohibir la salida del país de niños menores de 16 años. La norma estará vigente al menos hasta que finalice el registro e identificación de todos los niños acogidos en los campos de refugiados y en los orfanatos de estos estados. Además, Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que la guerrilla de los Tigres Tamiles reclutan a niños víctimas del tsunami para usarlos como soldados. Mientras, muchas familias siguen buscando a sus hijos a través de carteles o anuncios de prensa. También hay quien, como el tío del bebé de catorce meses Sachini Vithane, ha ofrecido una recompensa de 100.000 rupees (1.000 dólares) a quien le de información sobre el pequeño. El problema más grave se da con los bebés y los que no tienen a nadie que los identifique. Las custodias temporales son supervisadas por la Autoridad Nacional de Protección de la Infancia (NCPA). Cualquier petición de adopción debe tramitarse a través de los agentes de este organismo gubernamental. Mientras, los niños que no encuentran a su familia permanecen en los orfanatos. Las ONG quieren hacer de ellos sus hogares. «Son embajadores humanitarios de nuestro país, soldados sin fronteras» JOSÉ BONO Ministro de Defensa español