Diario de León

Al Qaeda podría haber intentado atacar con gas el Parlamento

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agencias | bagdad
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A escasas 24 horas de que expire el plazo para la presentación del borrador de la nueva Constitución, el fantasma de la disolución del Parlamento planea como una inquietante sombra sobre el proceso de transición iraquí. El portavoz del Gobierno, Laiz Kuba, admitió ayer, domingo, que las discrepancias sobre el federalismo son aún agudas, y recordó que en caso de que no se llegue a un consenso hoy por la noche, existen dos posibilidades: pedir otra ampliación del plazo fijado o disolver la Cámara. «Aún se negocia con intensidad respecto a dos asuntos aún no resueltos, el federalismo y el reparto de las riquezas», declaró Kuba a la prensa. «En caso de que el texto no está listo, existen dos opciones: o pedir, como ya se hizo, un nuevo aplazamiento de una semana o disolver la Asamblea Nacional», advirtió. Si Parlamento se viera obligado a disolverse, la ley exige que se convoquen nuevas elecciones legislativas, hecho que colapsaría el proceso de transición auspiciado por EEUU. La pena de muerte El Gobierno iraquí defendió su decisión de aplicar la pena de muerte en respuesta a las críticas de la ONU, que el sábado le sugirió reconsiderar la ejecución de tres condenados vinculados con la red terrorista Al Qaeda. «Entendemos la postura de las organizaciones internacionales y comprendemos a Naciones Unidas, que en general se opone a la pena capital. Pero la muerte es una realidad en Irak y nosotros solo perseguimos una justicia que castigue a quien cometa un crimen», dijo el portavoz del Gobierno, Laiz Kuba, a la prensa. «Con todo el respeto debido al (representante especial para Irak de la secretaria general de la ONU), Ashraf Qazi, creo que existe un consenso en Irak sobre que si no hay castigo no habrá seguridad», agregó. MIentras tanto, la violencia sigue sacudiendo al país. Una familia Cinco miembros de una familia afincada en la ciudad de Samarra, a unos 120 kilómetros al norte de Bagdad, fueron asesinados por un grupo de hombres que armados que irrumpieron en su domicilio. Los pistoleros, disfrazados con uniformes de la Guardia Nacional iraquí, acribillaron a balazos a Naser Yaber, un comerciante de 54 años, a su mujer y a tres de sus hijos, sin que hasta el momento se conozcan las razones. Un cuarto hijo, de cinco años de edad, se salvó de la masacre porque pudo esconderse debajo de una de las camas de la casa.

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