Diario de León

La peor noche desde que comenzaron los disturbios se salda con 1.300 coches abrasados y 350 jóvenes detenidos

Las llamas llegan al centro de París

Chirac condiciona la justicia social a la restauración del orden público en todo el país

Publicado por
Esperanza Suárez - corresponsal | parís
León

Creado:

Actualizado:

Cada noche es peor que la anterior. Los actos vandálicos se han contagiado al conjunto del país y han cruzado el periférico para reproducirse en el corazón de París. Además de los cada vez nu-merosos daños en coches y edi-ficios, un hombre se debate entre la vida y la muerte después de haber sido golpeado cuando hacía guardia frente a su casa. Jean-Jacques Le Chenadec se encuentra en estado de coma después de que un joven incendiario le tirara al suelo de un cabezazo fulminante. Vigilaba los contenedores de basura y el párking de su inmueble en Stains, en el departamento de Seine-Saint Denis, donde empezó todo hace 11 días. Se trata de la segunda agresión de importancia de los disturbios, después de que una mujer minusválida resultara gravemente quemada en un autobús rociado con gasolina. La madrugada de ayer fue especialmente violenta, con 1.300 coches abrasados y 350 detenidos. Por primera vez, los cócteles molotov aparecieron en París, con el incendio de un local y varios automóviles cerca de la emblemática plaza de la República. Pero también se quemaron coches en zonas duras de los distritos 13, 17 y 20. Un total de 35 vehículos. Los incidentes más graves se produjeron fuera de la región parisina, en la localidad normanda de Evreux, donde además de incendiar el centro comercial, unas dependencias municipales y otras policiales volvieron a reproducirse los ataques a pedradas contra las fuerzas del orden con un balance de ocho heridos, entre ellos tres bomberos. En Atismont, al norte , un edificio tuvo que ser desalojado en plena noche por temor a que las llamas alcanzaran la instalación de gas. Los últimos clientes de un Mc Donalds de Balenquer escaparon por los pelos a otra bomba incendiaria. Los niños de Grigny, en la periferia sur de la capital, se han quedado sin colegios. La escuela maternal de La Bella Durmiente ofrece un paisaje desolador de muebles quemados y juguetes de plástico fundidos. No muy lejos, la policía descubrió en Evry un auténtico taller de fabricación de bombas incendiarias. En unas dependencias abandonadas de la policía municipal, un grupo de menores almacenaba 150 botellas llenas de gasolina, cincuenta preparadas para ser usadas. La policía detuvo a los seis responsables de este arse-nal de la guerrilla urbana. Hasta el momento, son ya más de cien personas las que han pasado a disposición judicial, la mitad de ellas menores de edad. ¿Coordinación orquestada? Para el director de Asuntos Criminales del Ministerio de Justicia, Jean-Marie Huet, el descubrimiento de Evry demuestra «que no son chavales que improvisan en sus cuartos de baño. Se empiezan a ver cosas organizadas, una especie de profesionalismo», señaló el res-ponsable gubernativo. Sin embargo, consideró «prematuro» hablar de una coordinación orquestada de los disturbios. «Se puede hablar de organización por el uso de teléfonos móviles, Internet y cosas así. Caer en una especie de esquema acerca de que los islamistas están detrás y lo mandan todo, no tengo hoy elementos para decirlo», puntualizó. Ante el cambio de estrategia de la guerrilla urbana, que ha pasado de incendiar contenedores de basura a locales públicos y comerciales, los antidisturbios también han mo-dificado sus métodos. En lugar de patrullar en grupo ahora lo hacen en pareja y con la ayuda de la luz de los helicópteros. Los vecinos toman la iniciativa ante la impotencia de las fuerzas del orden para proteger coches y propiedades. Chirac en la televisión Por primera vez desde el estallido, hace once días, de la ola de violencia callejera, Jacques Chirac compareció este domingo ante los franceses en una breve alocución televisada para proclamar que la restauración del orden público es la prioridad absoluta y la condición previa a la justicia social. El lacónico mensaje presidencial, de apenas 160 palabras, estuvo precedido por los primeros incendios de coches en Nantes, Rennes y Orléans, que presagiaban otra noche caliente. «La ley tiene que tener la última palabra. La República está totalmente determinada por naturaleza a ser más fuerte que quienes quieren sembrar la violencia o el miedo, que serán apresados, juzgados y castigados», declaró el jefe del Estado, sin olvidar la vertiente social del conflicto. «La evolución de las cosas supone el respeto a todos, la justicia y la igualdad de oportunidades. Estamos decididos a ir por ese camino», enfatizó, antes de puntualizar que la condición previa es el «restablecimiento de la seguridad y el orden público». Chirac pronunció sus breves palabras desde la escalinata del palacio del Elíseo.

tracking