Schröder deja la política y se convierte en «ciudadano Schröder»

Ya es definitivo. Después de ejercer durante siete largos años el cargo de canciller de Alemania, Gerhard Schröder tomó ayer la última decisión política de su vida y anunció a su partido que no ocupará su escaño en el Parlamento Federal. El ahora ex canciller no quiso dar detalles sobre los motivos que le impulsaron a tomar la decisión, pero para nadie es un secreto en Berlín que Schröder no quería imitar el triste ejemplo que dio Helmut Kohl cuando perdió las elecciones en 1998. Kohl se convirtió en un diputado de tercera fila. En 2002, el legendario político democristiano, agobiado por el escándalo de las cuentas secretas de su partido, renunció a ser candidato y desapareció del Bundestag para dedicarse a viajar, escribir sus memorias y ofrecer conferencias en foros internacionales. Cuando los dos grandes bloques políticos alemanes, la Democracia Cristiana y el Partido Socialdemócrata, lograron ponerse de acuerdo para formar un gobierno de gran coalición con Ángela Merkel como canciller, Schröder escondió con un velo de misterio sus planes futuros. En forma vaga desmintió varios rumores que lo habían convertido en banquero en Nueva York, en asesor del gigante energético ruso Gazpron y en editor periodístico en su país. «Me gustaría conocer a fondo Nueva York», dijo Schröder cuando aún era canciller y luchaba con una pasión poco común por un tercer mandato. «Mi esposa vivió muchos años allí y ama la ciudad. Nuestra hija también nació allí y esto crea, obviamente, lazos emocionales». Pero Schröder ya tenía planes concretos. En el marco de la fiesta anual de la Asociación de Corresponsales Extranjeros realizada a comienzos de noviembre en Berlín, el político de 61 años anuncio que volvería a ejercer su profesión de abogado. «Soy muy buen abogado y durante mucho tiempo di consejos en forma gratuita. Pero a partir de ahora tendrán que pagarme para escuchar mis consejos», dijo Schröder. Nadie se imagina al ex canciller defendiendo a reos comunes, violadores o estafadores, pero tampoco nadie desea creer que al ex canciller le falten clientes. Un hombre libre Por el momento, Schröder ya alquiló un piso de 80 metros cuadrados en un conjunto de lujo ubicado a pocos metros de la Puerta de Brandeburgo y como ex canciller, tiene derecho a tener una oficina, secretarias, asistentes personales, guardaespaldas y a un automóvil, todo financiado por los contribuyentes. Sdchröder también quiere escribir un libro de memorias, perfeccionar su inglés en Londres y convertirse en pintor. Antes de abandonar la política activa, Schröder participará este martes en la histórica votación que tiene lugar en Bundestag. Fiel a su promesa, el ex canciller votará a favor de Ángela Merkel. Mañana, Schröder devolverá su escaño y se convertirá en un «hombre libre en un mundo libre» como él mismo dijo en un congreso de su partido realizado en Karlsruhe.