Villepin defiende el motor franco-alemán para superar la crisis de Europa

Dominique de Villepin viajó anoche a Berlín con el fin de reunirse con Ángela Merkel, y juntos buscar vías para sacar a la Unión Europea de la crisis institucional en que está sumida. Pero mientras que la canciller se aferra al texto constitucional, que aprobó el Parlamento alemán en el año 2004, sus vecinos franceses apuestan por lo que Villepin calificó de «mayor pragmatismo» a la hora de afrontar los retos europeos en el 2006. Eso sí, partiendo del eje franco-alemán. En un discurso que pronunció en la Universidad Humboldt de Berlín, antes de entrevistarse con la mandataria alemana, Villepin defendió el motor franco-alemán para la construcción de Europa. Pero al contrario que Merkel y su antecesor Gerhard Schröder, el mandatario francés no citó la Constitución europea como un requisito indispensable. Dijo entender que la canciller no quisiera renunciar al texto consti-tucional, pero Villepin se limitó a citar proyectos concretos de cooperación entre París y Berlín, como la protección de fronteras o el campo de la investigación universitaria. El presidente Jacques Chirac había abogado después del rotundo no francés a la Carta Magna, por integrar algunas partes del texto en los acuerdos vigentes de la UE. Sin crear abismos Para Dominique de Villepin, el eje franco-alemán «no pretende crear abismos, ni ir contra nadie», sino que ha de ser visto en el contexto de un «universalismo europeo». Defendió incluso un «ideal de Europa», basado en el principio de solidaridad. Pero no sólo fueron las cuestiones europeas las que centraron el encuentro a cinco días de que se reúnan Chirac y Merkel en Versalles. También el contencioso nuclear iraní fue tema de debate. En este punto, también abogaron ambos por enviar conjuntamente un mensaje claro a Teherán, para que vuelva a la mesa de negociaciones. Ambos coincidieron en que la actitud de Irán es «inaceptable» e «irresponsable» y también en que la comunidad internacional no «tolerará esa actitud», aunque ninguno amenazó con dejar el tema por entero en manos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.