Diario de León

La política educativa y medioambiental centra el primer debate parlamentario

La oposición tacha de «chapucería» la reforma federal de Alemania

Pese a las diferencias, la nueva estructura política será aprobada antes del verano

Ángela Merkel, en el debate junto al vicecanciller Müntefering

Ángela Merkel, en el debate junto al vicecanciller Müntefering

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Úrsula Moreno - corresponsal | berlín
León

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El primer gran proyecto del nuevo gobierno germano, la mayor reforma del sistema federalista desde la fundación de la Alemania posbélica en 1949, emprendió ayer su andadura legislativa. El debate parlamentario acerca de esta asignatura pendiente -la de un reparto más racional de competencias entre gobierno federal y estados federados- que ya hizo tropezar al gobierno de Schröder, no ha hecho más que empezar. No obstante, y pese a las diferencias entre oposición y la gran coalición en el gobierno, nadie pone en duda de que antes del verano el gobierno que encabeza Ángela Merkel habrá aprobado la propuesta legislativa para una nueva estructura federal en Alemania. Para que entre en vigor en enero del 2007, el paquete de reformas constitucionales que concentrará más poder en el gobierno de Berlín con el fin de agilizar el proceso legislativo en Alemania, tendrá que ser aprobado por dos tercios de ambas cámaras. Para ello habrá que reformar entre 20 y 40 artículos de la Constitución. El Bundestag, donde democristianos y socialdemócratas cuentan con más de un 70% de los escaños, no deberían surgir grandes problemas. Otro cantar se escuchará en el Bundesrat o cámara de representación territorial, donde el gobierno de gran coalición requiere del apoyo de los liberales. El modelo alemán del federalismo, que fue uno de los motivos de orgullo de la Alemania surgida de las cenizas del nazismo, y que pretendía evitar una excesiva centralización del poder, se ha convertido en un lastre en el proceso legislativo. Hoy día un 60% de las leyes requieren de la aprobación del Bundesrat, donde están representados los 16 estados federados que componen la república germana, y cuyos gobernadores no en pocas ocasiones se comportan como verdaderos señores feudales. La reforma que ayer se puso en marcha persigue recortar el porcentaje de leyes que requieren del visto bueno del Bundesrat a un 30%, para así «poder tomar decisiones más rápidamente», como apuntaba a principios de semana Merkel. Mayores déficits En contrapartida, los gobiernos regionales adquirirían mayores competencias en determinados sectores, sobre todo educación, medioambiente y sistema penal, entre otros. Y es aquí donde la oposición destacaba ayer mayores déficits. La presidente de los Verdes, Renate Künast, calificó el paquete de reformas de una «chapucería». Su partido ve peligrar la política medioambiental, que sufriría un «proceso de atomización». La otra manzana de la discordia será la educación, cuyas competencias se traspasarán casi íntegramente a las regiones. Los «Länder» menos ricos temen que los docentes más preparados emigren a las regiones más ricas.

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