Cinco socialistas franceses se lanzan a la campaña contra Royal, incluido su marido

La veda está abierta. El Partido Socialista Francés busca candidato para ganar las elecciones. Lo busca aunque los votantes parecen haber elegido ya, a tenor de todas las encuestas. Es Ségoléne Royal, una socialista carismática, de largo recorrido, con un discurso moderno (sus críticos dicen que de gran indefinición) a la que se le conoce con el apodo de la Zapatera francesa. Goza del apoyo popular pero no del de su partido. Cinco dirigentes del PSF han decidido plantarle cara en busca de una oportunidad para llegar a ser presidente de la República francesa. Entre ellos, su propio marido, que dirige el partido y que ayer lanzó un mensaje conciliador para intentar frenar la batalla interna que se avecina. Todos contra Royal. La unidad y la defensa del interés colectivo sobre el individual es imprescindible para repetir en el 2007 el «éxito histórico» que supuso para los socialistas franceses la llegada de Francois Mitterrand en 1981 al Elíseo. Ese es el mensaje que martilleó ayer el primer secretario del Partido Socialista, Francois Hollande, en su discurso de clausura de la universidad de verano con la que tradicionalmente esta fuerza política abre el curso político francés, marcado este año por las elecciones presidenciales en la primavera del 2007. Hollande está convencido de que esas elecciones serán «tan históricas» como las de 1981, cuando Mitterrand conquistó, por primera vez, la jefatura del Estado. «Para seducir no hay que obsesionarse», recomendó Hollande, cuyo nombre figura entre los candidatos potenciales esa elección interna, junto con el del ex primer ministro y gran perdedor de las presidenciales de 2002, Lionel Jospin. Completan la lista los aspirantes declarados: la favorita según los sondeos Ségoléne Royal, el ex primer ministro Laurent Fabius y los ex ministros Dominique Strauss-Kahn y Jack Lang.