Diario de León

Algunos laboristas cuestionan que Gordon Brown sea su sustituto en Downing Street

Siete altos cargos dimiten tras exigir a Blair que fije su salida del Gobierno

El premier augura «catastróficas consecuencias» para el partido si sigue la revuelta contra él

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Imanol Allende - corresponsal | londres
León

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Tony Blair hace frente a sus horas más bajas en sus casi diez años en Downing Street. Su rechazo a fijar la fecha de su salida del poder ha causado una revuelta en el seno del propio Gobierno. Ayer siete altos cargos ministeriales presentaban su dimisión en protesta y como medida para obligar a Blair a dimitir ya o a anunciar oficialmente en qué momento dejará el cargo de primer ministro, como ha prometido. La ola de dimisiones en el Gabinete fue debidamente planificada. A medianoche de ayer, Tom Watson, subsecretario del Ministerio de Defensa y promovido por el propio Blair, fue el primero en presentar su renuncia. La reacción del primer ministro -que no tenía ni la más mínima sospecha, según sus más cercanos- fue feroz y acusó a Watson de «desleal, descortés y equivocado». Pero por la mañana la situación se hizo crítica cuando los asistentes parlamentarios de los ministros Kahil Mahmood, Wayne David, Ian Lucas, Mark Tami, David Wright y Chris Mole, renunciaban pública-mente a sus trabajos. La reacción de Downing Street fue la de emitir un comunicado, firmado por el propio Blair, en el que se advertía sobre las catastróficas consecuencias para el Partido Laborista si continuaba esta revuelta. El premier, además, sacó los fantasmas de los 18 años del partido en la oposición -curiosamente mientras gobernada Margaret Thatcher, líder que fue sacrificada por sus propio partido- y así señaló que «por primera vez en cien años no hay una división ideológica fundamental en el Partido Laborista, arriesgar todo esto no es sensible, maduro ni inteligente si queremos seguir siendo un partido en el Gobierno». Pero la transición no va a ser fácil. De hecho ya se ha escapado del control de la jefatura del partido. Lo que temen ya blairista y antiblairista es que la presencia prolongada y sin fecha de caducidad de Blair en Downing Street afecte y dañe las posibilidades de victoria del partido en un año que se presenta denso en elecciones (Parlamento escocés, a la Asamblea de Gales y las municipales). Gordon Brown, el sustituto A estas alturas ya se cuestiona incluso que Gordon Brown sea el hombre que sustituirá a Blair en Downing Street. Ayer el ministro de Trabajo, John Hutton, declaró que debería de haber un debate para la elección del próximo líder y se negó a apoyar a Brown. A Hutton se le han unido en esta petición de elección democrática y abierta del nuevo líder otros pesos pesados del laborismo. Así las cosas, el periódico The Sun publicó ayer que Blair planea dimitir el 26 de julio, fecha que será anunciada el 31 de mayo del 2007. Si es verdad, Blair tendrá que responder por qué el país se ha enterado de una cuestión de estado a través de un diario sensacionalista.

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