Brown reclama a su partido la oportunidad de suceder a Blair y enfrentarse a Cameron

El ministro británico de Economía, Gordon Brown, aprovechó su discurso de ayer ante el congreso laborista que se celebra en Manchester para despejar las dudas de todos aquellos en el partido sobre sus cualidades como sucesor de Tony Blair. Brown dijo que cuenta con la experiencia necesaria para hacer frente al tory David Cameron. Con el apoyo electoral laborista disminuyendo día a día y un Blair resistiéndose a nombrarle públicamente como su sucesor en Downing Street, la intervención de Brown en el congreso no iba a ser fácil. Quizás fue por ello, Brown decidió enfatizar en su discurso la necesidad de limar diferencias con el blairismo y, más allá, con el propio Blair. Así afirmó que su relación con el premier, que se remonta a 23 años, «ha habido momentos en los que hemos tenido diferencias y a veces estas diferencias nos han distraído de los asuntos que son realmente importantes». Tras escenificar la reconciliación pública, Brown presentó al partido sus credos, motivaciones y creencias políticas, un ejercicio de confesión en el que mostró su alma por el movimiento laborista. «Sé de donde procedo, en lo que creo y en lo que puedo contribuir, estoy convencido de que mi experiencia y mis valores me ofrecen la fortaleza suficiente para hacer frente a las decisiones más duras», y finalizó con una promesa que levantó aplausos entre los delegados, «sé que puedo hacer frente a David Cameron y al Partido Conservador». Añadió que la educación continuará siendo la prioridad del laborismo, así como la lucha contra «la pobreza de oportunidades y la pobreza de aspiraciones». Y en un mensaje dirigido a aquellos que opinan que le sobra orgullo y le falta imagen política para ser primer ministro, señaló que «no debe de sorprender que esté más interesado en el futuro del Arctic Circle (el Círculo Polar Ártico) que en el futuro de los Arctic Monkeys (un grupo musical de moda en el Reino Unido)». La polémica Cherie Tras el discurso, la esposa del primer ministro, Cherie Blair, protagonizó la polémica del día. Según la agencia de prensa Bloomberg, una de sus productoras escuchó a Cherie Blair afirmar «eso es mentira», cuando escuchó a Gordon Brown relatar ante los delegados que había sido para él «un verdadero privilegio» trabajar diez años con Tony Blair. Downing Street la calificó la información de «falsa». Bloomberg, sin embargo, mantuvo la veracidad de la noticia.