Los ecuatorianos eligen presidente entre un amigo de Chávez y un magnate

Los ecuatorianos eligieron ayer presidente entre el candidato izquierdista Rafael Correa -simpatizante del mandatario venezolano Hugo Chávez y a la cabeza de las encuestas- y el magnate de la derecha Álvaro Noboa, aliado de Estados Unidos, en unos comicios que aspiran a calmar la inestabilidad política que afecta al país desde hace una década. La segunda vuelta tiene lugar con el economista de izquierda, de 43 años, al frente de las preferencias en los sondeos, después del sorpresivo repunte sobre Noboa -enemigo declarado de La Habana y Caracas- en la última semana de campaña. Dos encuestas divulgadas el sábado le dieron a Correa una ventaja de entre siete y diez puntos, respectivamente, y coincidieron en que se quebró el empate técnico que primó hasta el viernes en las encuestas. El sondeo de la empresa Cedatos-Gallup dio al izquierdista el 54% de las preferencias frente al 46% de Noboa (56 años), mientras que la encuesta de Market ofreció una diferencia de entre siete y diez puntos a favor del simpatizante de Chávez, quien insistió en sus sospechas sobre fraude. «Hay graves riesgos de irregularidades. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) está totalmente entregado a Álvaro Noboa, es un tribunal que no garantiza nada», afirmó el aspirante por el movimiento ciudadano Alianza País después de votar en un colegio del norte de Quito. Correa citó el caso de un seguidor de su adversario que fue arrestado dentro de una mesa de votación cuando se hacía pasar por jurado electoral, y acusó al tribunal de ser cómplice de esas irregularidades. En la primera vuelta el magnate Noboa se impuso con el 26,8% de los votos contra 22,8% del aspirante de Alianza País, pese a que ninguna de las encuestas anticipó su victoria. Noboa votó en Guayaquil, donde estuvo alejado de la prensa desde el cierre de su campaña el pasado jueves, cuando advirtió sobre una «insurrección popular y un derrocamiento» en caso de un triunfo del izquierdista. Década de inestabilidad Los ecuatorianos asisten a las urnas tras una década de inestabilidad, en la que ninguno de los tres presidentes elegidos culminó el mandato presionados por revueltas populares que se saldaron con su destitución en el Congreso. En ese contexto, Correa insistió ayer en que sólo reconocerá una derrota si hubo transparencia en las elecciones. Entretanto, en los colegios electorales del norte de Quito los votantes dejaron ver su decepción por la guerra sucia entre los dos aspirantes. «Correa es un comunista y no hizo nada cuando fue ministro de finanzas, mientras Noboa representa intereses económicos que están lejos de la gente trabajadora», dijo el ingeniero Washington Ortega. Está previsto que los resultados oficiales sean dados a conocer el martes o miércoles, mientras el TSE aprobó la difusión de las encuestas a pie de urna.