Scotland Yard revela que son siete las cartas bomba recibidas y tres de ellas relacionadas con el tráfico

Scotland Yard confirmó ayer que en la últimas tres semanas se han recibido siete paquetes bomba, tres al menos en organismos oficiales de tráfico del Reino Unido, que causaron heridas a nueve personas. El primer ministro, Tony Blair, expresó su solidaridad con los heridos y anunció que se está investigando con atención estos actos criminales. En tres de los atentados -los últimos-, los heridos son tra-bajadores de los departamen-tos de correos de organismos relacionados con la gestión del tráfico en el país. La última explosión ocurrió ayer en la sede de la Agencia de Licencias de Conducción, en Swansea, e hirió a cuatro mujeres. El martes, dos personas sufrieron heridas leves al explotar un paquete bomba en las oficinas de Vantis en Wokingham. La empresa está relacionada con la compañía Speed Check Services, que facilita a la Policía cámaras digitales para medir la velocidad de los coches. Y el pasado lunes, una mujer resultó herida en las manos al estallar otro paquete en una oficina londinense de Capita, que gestiona el impuesto de circulación en Londres. Las otras cuatro explosiones, sin embargo, y esto desconcierta a la policía, podrían estar relacionadas con activistas pro derechos de los animales -en los remites estaba escrito el nombre de Barry Horne, un importante activista-, aunque el autor podría ser el mismo. También en casa El sábado, el director de una compañía de seguridad resultó herido al explotarle un paquete bomba compuesto por cristales que había recibido en su casa en Folkestone, Kent. Y el 18 de enero, se recibieron paquetes bomba en dos laboratorios en Abingdon -uno no llegó a explotar- y en Birmingham. Las tres compañías están relacionadas con servicios forenses que se ofrecen a la policía y al sistema judicial. «Los artefactos parece que están confeccionados para herir y no matar», indicó ayer el asistente jefe de la Policía y responsable de la Coordinadora Nacional de Situaciones Extremas, Antón Setchell. Agregó que «la labor en la que nos hallamos es la de identificar si todos llevan la misma firma».