Diario de León

| Análisis | El reparto petrolífero |

La sangre negra

Publicado por
Ángela Rodicio
León

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Entre atentados y planes de seguridad poco se ha explicado del proyecto de ley de la explotación del petróleo en Irak. O lo que es lo mismo, cómo unas pocas multinacionales (las británicas BP y Shell y las estadounidenses Exxon y Chevron) se repartirán las reservas más codiciadas del mundo en los próximos 30 años. Esperan extraer diez billones de barriles. Ya en 1999, cuando Dick Cheney era el que controlaba Halliburton, dijo: «Cuando lleguemos al 2010 necesitaremos 50 millones de barriles más al día. Oriente Medio, con dos tercios de las reservas de crudo del mundo, y el más barato de extraer, es el quid de la cuestión». Mientras todo el mundo se concentraba en la guerra civil en Irak o la ejecución de Sadam, la futura ley ha ido pasando de un borrador a otro. Se trata de un docu-mento que no tiene nada que ver con textos similares en los países desarrollados. El sistema con el que se ha elaborado se denomina en inglés PSA o production-sharing agreements (acuerdos de producción y participaciones). Pueden llegar a tener una validez de más de 30 años, sin posibilidad de ser revisados. Lo nunca visto. Los PSAs dejan, sólo no-minalmente, la propiedad legal del petróleo a Irak, pero pueden otorgar hasta el 70% de los beneficios a las compañías internacionales que inviertan en la infraestructura de pozos, oleoductos o refinerías. Tanto Arabia Saudí como Irán, los número uno y dos en la lista de países exportadores, lo controlan a través de empresas estatales, como el resto de los miembros de la OPEC. «Las ventas del petróleo iraquí pueden suponer entre 50.000 y 100.000 millones de dólares en dos o tres años. Irak puede fi-nanciar su reconstrucción», dijo en marzo del 2003 Paul Wolfowitz, entonces número dos del Pentágono. El mayor beneficiario de la reconstrucción es Kellogg, Brown & Root, una rama de Halliburton, que cuenta con 30.000 empleados sólo en el país árabe. Al final, el crudo de Irak va a servir hasta para reembolsar el dinero de las bombas. El petróleo pagará la sangre. El precio de la sangre negra de Irak.

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