El presidente de EE.UU. destacó las bondades de ese combustible para el medio ambiente
El pacto de Lula y Bush sobre el etanol brasileño elude la rebaja de aranceles Chávez firma con Kirchner y a la vez critica la «agenda imperialista»
El líder socialista dice que no se dañará el suministro de alimentos ni los bosques tropicales
El acuerdo de cooperación sobre etanol firmado ayer por EE UU. y Brasil abre «un nuevo momento para la Humanidad» y convertirá a ambos países en «mejores guardianes del medio ambiente», afirmaron los respectivos presidentes, George W. Bush y Luiz Inácio Lula da Silva. Bush, que comenzó en São Paulo una gira por América Latina para contrarrestar la influencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, hizo énfasis en las bondades para el medio ambiente y la economía que supondrá el acuerdo para los países de la región. El pacto permitirá establecer estándares internacionales para los biocombustibles, de modo que puedan comercializarse en los mercados internacionales. «Cuando se es dependiente del petróleo, tienes un problema de seguridad nacional, esto quiere decir que dependes de las decisiones de otros países», explicó Bush. Además, el acuerdo «conviene a nuestros intereses económicos», pués «en un mundo globalizado, si aumenta la demanda en China o la India, sube el precio del petróleo en nuestros países», agregó Bush. Aranceles El presidente brasileño recordó que la génesis de este acuerdo se remonta a la primera visita de Bush a Brasil, hace dos años, cuando «estuvo a punto de dejar a la mitad el almuerzo porque yo no hacía más que hablarle del etanol». Lula añadió que el acuerdo permitirá desarrollar tecnología para obtener etanol «sin afectar al suministro de alimentos o sin dañar a los bosques tropicales». Respondía así a los manifestantes que en los últimos días en São Paulo denunciaron que la producción masiva de etanol puede hacer que se eliminen bosques tropicales o terrenos de cultivo para dedicarlos a la caña y obtener ese alcohol. Lo que el acuerdo no contiene es una reducción de los aranceles que EE.UU. impone al etanol brasileño, lo que pretende el Gobierno socialista de Lula. La Casa Blanca alega que la cuestión corresponde al Congreso estadounidense. Cumplida la visita, Bush se dirigió a Uruguay, donde se reunirá con el presidente Tabaré Vázquez. Allí también hubo manifestaciones contra la visita, que alteraron por completo la rutina de este pequeño país de apenas 3,5 millones. La energía y la agricultura, dos sectores estratégicos para las economías de Argentina y Venezuela, son el eje central de los acuerdos firmados en Buenos Aires por los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez. Con este nuevo paso en el proceso de integración bilateral, el gobernante venezolano cumplía uno de los objetivos de su visita a Buenos Aires, que cerró participando en un acto de repudio a la gira latinoamericana que realiza el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Chávez llegó el jueves a Buenos Aires y comenzó sus actividades con una entrevista en el Canal 7 de la televisión estatal argentina. Allí, el gobernante volvió a apuntar contra la que denominó «agenda imperialista» de Bush e instó al Mercosur, al que Venezuela se ha incorporado como miembro pleno, a mirar la «viga» en su propio ojo y atender las demandas de los socios menores para no «morir como la Comunidad Andina de Naciones». Antes de compartir un almuerzo en la residencia presidencial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires, Chávez y Kirchner asistieron a la firma de 11 acuerdos bilaterales, definidos por el venezolano como «un paso más en la conformación del proyecto nacional San Martín-Bolívar». Entre los convenios suscritos destacan uno sobre transferencia de tecnología agroindustrial por un monto total de 400 millones de dólares y otro sobre cooperación en materia de provisión de energía.