Diario de León

| Crónica | La separación de Royal y Hollande |

Crisis amorosa y política en el PS

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Fernando Iturribarría - parís
León

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François Hollande, primer secretario del Partido Socialista (PS) francés, declaró este lunes que su ruptura conyugal con Ségolène Royal, candidata frustrada de la izquierda al Elíseo, «no tiene causas políticas» y tampoco tendrá «consecuencias políticas». Por su parte, la aspirante declarada a asumir el liderazgo del principal partido de la oposición aseguró que no guarda «ningún resentimiento ni rencor» contra Hollande y que nunca hará nada contra él pues conserva su «admiración y respeto». Las proclamas de amistad y camaradería eterna por la pareja rota más célebre de la izquierda europea dejan escépticos a los observadores. El abrupto final a la historia de una unión libre iniciada hace 30 años en los bancos de la elitista Escuela Nacional de Administración (ENA), semillero de las clases dirigentes galas, levanta una serie hipoteca a la lucha por el poder en el seno del Partido Socialista. Portavoz involuntario de la mayoría silenciosa, el diputado Manuel Valls, nacido en Barcelona, había expresado la semana pasada su hastío por el hecho de que «la vida de mi partido gire en torno a la vida de una pareja». En un nuevo ejemplo de que los platos rotos en casa de los Hollande-Royal los pagaba el conjunto de la izquierda, el secreto peor guardado de la política francesa eclipsó el domingo, en plena velada electoral, los escasos motivos de satisfacción que han brindado las urnas a los socialistas galos en lo que va de siglo. Sus candidatos habían recortado del 4,48% al 0,28% la ventaja que de una vuelta a otra les llevaba la UMP conservadora. El dique rosa había resistido con mayor solidez de la prevista al tsunami azul. Pero en las tertulias sólo se hablaba de que para Ségolène y François la casa común ya es sólo una imagen retórica. Unido sentimentalmente desde hace un par de años a una periodista del semanario 'Paris Match', Holande abandonó el domicilio conyugal a finales de mayo, una vez concluida la carrera al Elíseo en la que sacrificó sus ambiciones ante la popularidad arrolladora de su compañera. Fue la propia Royal la que le pidió que hiciera las maletas y se fuera con la otra, según revela en el libro 'Los bastidores de una derrota', cuya filtración ha precipitado el lavado de los trapos sucios en el patio público. «Hemos tenido dificultades, como muchas parejas», explicó Royal en las ondas de France Inter, en una confesión motivada por la «necesidad de verdad, claridad y transparencia». «Decidimos ponerlas entre paréntesis durante las campañas electorales. Era para mí una necesidad con el fin de proteger a mis hijos. Los rumores les han hecho mucho daño», explicó la ex presidenciable, que tenía al primogénito, Thomas, de 22 años, en el equipo de campaña. En los micrófonos de France Info, Hollande subrayó que «la batalla de la sucesión no está abierta» y que su intención es respetar el calendario previsto, que culminará en noviembre de 2008 con el congreso de la esperada renovación al que Royal presentará una moción. «Es totalmente normal que Ségolène Royal haga valer entonces sus ideas», opinó el primer secretario desde hace diez años, que no se presentará a la reelección. ¿Apoyará a su ex en la batalla para sucederle? «Ya veremos», contestó. No estaban casados, pero comparten la madre política.

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