Diario de León
Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

Creado:

Actualizado:

DE CREER A FUENTES oficiales en Bagdad, el primer ministro Nuri al-Maliki ha dado un ultimátum a Moqtada al-Sadr, el joven clérigo renegado, como le llaman las agencias anglófonas, para que desmantele su milicia si no quiere ser perseguido en toda regla y, desde luego, excluido del proceso político-institucional en curso. Todo esto sucede en un momento clave, cuando el mundo ha visto cómo el «ejército de al-Mahdi» resistía eficazmente en Basora la gran ofensiva de treinta mil soldados y policías que apenas pudieron hacer nada frente a los aguerridos guerrilleros, sufrieron deserciones abundantes y una preocupante falta de valor y deseo de combatir. Solo la entrada en acción de americanos y británicos permitió medio empatar la situación mientras una negociación paralela y secreta permitía terminar la tragedia en unas tablas aparentes. Poca gente sabe, en cambio, que tal negociación tuvo lugar en Jom, en Irán y que por parte iraní las dirigió un jefe de los pasdarán, el ejército ideológico y político del régimen. El Gobierno aceptó en seguida, con aval norteamericano, para evitar males mayores, el principal de los cuales sería - y volvemos al calendario - que la batalla se extendiera a medio país, obligara a una intervención masiva de los americanos, con muchas bajas y el fin circunstancial del periodo de calma relativa y ganancias en seguridad que Washington dice estar consiguiendo y que en marzo, antes del episodio de Basora, se deterioraba. El calendario implicaba nada menos que el informe del general Petraeus y el embajador Crocker harán hoy y mañana ante el parlamento en Washington y que pedirá congelar todo proyecto de retirada, mantener las ganancias porque son reversibles y quedarse el tiempo preciso en el país hasta su completa estabilización. El programa de Bush y, por cierto, del candidato McCain. Pero también es verdad que Moqtada debe decidirse porque su aislamiento político crece. Los grandes bloques del parlamento (chiíes del Consejo Supremo Islámico y Al Dawa), sunníes del Frente de la Concordia y, claro está, los kurdos, exigen el fin de la milicia, aunque su petición sea un poco ventajista porque disponen de sus propias fuerzas: los kurdos sus pesh merga y los chiíes el ejército y la policía oficiales, infiltrados por los chiíes del Consejo, el clan de la familia al-Hakim.

tracking