Obama viaja a Moscú para reiniciar las relaciones entre los dos países
El apartado militar de Rusia y Estados Unidos para el desarme nuclear y el escudo antimisiles de la era Bush serán los temas a tratar en estas reuniones
El presidente de EEUU, Barack Obama, partió ayer hacia Rusia en una visita que tiene como objetivo «reiniciar» las complicadas relaciones entre los dos países y avanzar en las negociaciones sobre una reducción nuclear.
Obama llegará a Moscú a primera hora de la mañana, para reunirse de inmediato con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, y ofrecer una rueda de prensa.
El presidente estadounidense también se reunirá mañana con el primer ministro ruso, Vladímir Putin, del que muchos consideran que es aún la figura clave en Moscú pese a abandonar la presidencia hace un año, y pronunciará un discurso sobre las relaciones entre ambos países.
Obama busca subrayar, en palabras del asesor de la Casa Blanca para asuntos euroasiáticos, Michael McFaul, que quiere «establecer un nuevo tipo de relación con Rusia».
Sus conversaciones con las autoridades en Moscú serán «abiertas y representarán un tipo de informe acerca de en qué punto estamos en este momento para tratar de establecer esta nueva relación, más sustantiva, con el Gobierno ruso», explicó McFaul.
Acuerdos. Buena parte de las conversaciones se centrarán en las negociaciones entre ambos países para firmar, antes de fin de año, un nuevo tratado de reducción de armamento nuclear que sustituya al actual Start de 1991, que expira en diciembre.
Tanto estadounidenses como rusos han expresado optimismo ante los progresos logrados en estas conversaciones, aunque han subrayado que los números concretos no se podrán adelantar hasta más avanzadas las negociaciones internacionales. Además de la reducción nuclear abordarán también asuntos como la defensa antimisiles en Europa, y los países de Irán, Afganistán o Corea del Norte.
En una entrevista que publicó ayer el diario italiano Corriere della Sera , Medvédev se muestra abierto al diálogo con Obama sobre el sistema de defensa balístico siempre y cuando no sea una iniciativa «unilateral» y sea global para hacer frente a las amenazas reales.