El consumo se desploma: bebemos cinco veces menos que hace 30 años
El boom de la cultura enológica en los últimos años no ha ido de la mano de un incremento en el consumo, sino todo lo contrario. Pese a la aparente moda del vino, su consumo en la vida diaria de los españoles se ha desplomado hasta unos límites que preocupan seriamente al sector. De hecho, si hace treinta años cada español consumía de media 72 litros de vino al año, los últimos datos recién publicados señalan que el año pasado el consumo descendió hasta poco más de 13 litros por habitante y año.
Un descenso que encuentra difícil explicación en el entorno actual, donde la cultura enológica parece ganar adeptos día a día. Y que no se corresponde con lo que está ocurriendo en otros países vecinos cuya cultura en este sentido es muy similar a la española, como es el caso de Francia e Italia. Aunque el consumo se ha resentido en todos ellos, en el caso francés se sitúa aún por encima de los 50 litros por habitante cada año.
Para Pablo San José, una de las causas de esta caída en el consumo puede estar en la costumbre generalizada de identificar los vinos más caros con los de mejor calidad. «Y no es así. En el vino hay que buscar sobre todo la mejor calidad relación-precio, pero para eso hay que fomentar una cierta cultura enológica. Lo caro no siempre es bueno, o desde luego no tiene por qué ser mejor».
Lo bueno, si caro, no necesariamente mejor. Una máxima que en opinión del presidente de la federación nacional se cumple a la perfección en los distintos vinos de la provincia: «Los caldos leoneses gozan en general de una excelente relación entre la calidad y el precio. Por eso no tiene sentido que se tomen como referencia de calidad por sistema los vinos de otras denominaciones. Hay que aprender a valorar lo nuestro, y en cualquier caso a apreciar un vino adecuado, porque ahora se elaboran productos muy competitivos, con unas condiciones muy buenas y que pueden ser consumidos sin necesidad de hacer grandes desembolsos».
La comercialización adecuada y sobre todo una promoción eficaz pueden ser las armas con las que el sector se enfrente a sus retos de futuro inmediato. «En los últimos años se ha mejorado mucho el cultivo y la elaboración, llega el momento de darnos a conocer, y de comenzar a explotar el resto de los atractivos que se mueven alrededor de la cultura del vino».