Diario de León

Reabrir el campo de La Inmaculada costará 92.500 euros

El Ayuntamiento no ha decidido aún si mantendrá el uso deportivo actual

La mitad del campo de fútbol de La Inmaculada está dentro de una parcela privada.

La mitad del campo de fútbol de La Inmaculada está dentro de una parcela privada.

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a. caballero | león
León

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Más de una década después de haberlo inaugurado, el Ayuntamiento de León deberá pagar 92.496 euros para levantar el candado del campo de fútbol 7 del barrio de La Inmaculada. Una factura, aprobada por la junta de gobierno de ayer, en la que cabe la indemnización a 15 copropietarios de la parcela ocupada de manera irregular, quienes decidieron acudir al juzgado contencioso administrativo para obtener el fruto de la expropiación de hecho.

El pago, en el que se incluyen 7.152 euros de costas procesales y 48,08 euros por metro cuadrado, se limita a cumplir con el acuerdo adoptado por la junta de gobierno el 18 de abril del 2000 y aceptado el 28 de noviembre del 2001 por los 15 reclamantes, que suman un 85% del terreno, dado que los otros 5 se abstuvieron de acudir a la justicia. La diferencia con el acuerdo suscrito hace casi 10 años viene marcada por la obligatoriedad a la que obliga el juzgado, que decretó a principio de la temporada el cierre de la instalación deportiva, cuya mitad del campo estaba dentro de la parcela privada.

Pese a la confirmación del Ayuntamiento de la capital leonesa de que recuperará el equipamiento, los responsables de la Concejalía de Deportes no saben si mantendrán el uso que había tenido hasta ahora, como terreno de juego para las competiciones de fútbol de niños, o lo dedicarán a otros usos, siempre dentro de lo permitido por su carácter de espacio de equipamiento público.

Los representantes de la asociación vecinal Ventas Oeste han reclamado que, si se decide abandonar el planteamiento actual de campo de fútbol dotado con vestuarios, se utilice el terreno como zona verde. Una reivindicación que hacen extensible a las diferentes parcelas públicas que, en las inmediaciones del terreno privado afectado por la expropiación, florecen en el barrio sin más destino que criar cardos.

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