El nuevo sistema de abastecimiento de Vega, de 600.000 euros, enloda el agua
El Ayuntamiento se ve forzado a recurrir a su vieja red y reclama a la Junta otra ayuda de 20.000 euros para un equipo de bombeo y un depósito subterráneo
Las obras de la nueva red de abastecimiento en la localidad de Grulleros se prolongaron durante el a
Vega de Infanzones necesitaba modernizar su sistema de abastecimiento para evitar fugas y restricciones de agua en verano. Tras varios años de reivindicaciones, el Ayuntamiento logró financiación de la Junta en el 2007 para un nuevo depósito, un sondeo y un sistema de bombeo valorados en 600.000 euros. Sin embargo, la alegría se ha esfumado rápidamente.
En menos de tres meses desde su puesta en marcha, el alcalde, Máximo Campano, se ha visto obligado a suspender el uso de las nuevas infraestructuras de abastecimiento porque acumulan limos. Según explica, la bomba extractora es tan potente que arrastra arenillas del fondo del acuífero que se vierten luego desde el depósito a la red general. Un problema que antes no tenían, «porque el agua que mana de nuestras captaciones es limpia», reconoce.
Así que, después de pelear por la actualización de la traída, los vecinos del municipio siguen utilizando la vieja red, que aporta menos presión a los hogares, pero que garantizará suficiente agua, al menos, durante el invierno y la primavera.
El regidor considera, no obstante, que «no se puede tener parado ahí un pozo y un depósito inútiles». A su juicio, la solución pasa por construir un depósito subterráneo, valorado en 20.000 euros, que evite elevar el agua para su almacenamiento y que no haga necesario el uso de una bomba succionadora tan potente que acaba enturbiando el agua. «No podemos afrontar en solitario esa obra, por eso hemos pedido una subvención a la Junta, aunque no son favorables ha concedérnosla, de momento», admite Campano.
Vega también tuvo que afrontar el pasado verano un robo diario de agua pública de 250 m 3 . El fraude se detectó al comprobar cómo se secaba el viejo depósito del municipio y se detenía el suministro a los hogares. El problema obligó a revisar las conducciones, por si existían fugas que derivaran el agua al subsuelo, y también llevó a abrir zanjas y a cortar tuberías para colocar nuevas llaves de paso de agua y contadores.