«La vida es un deporte, cuentan la motivación y los niveles de estrés»

La doctora en Psicología, Sara Márquez, prepara desde León el encuentro científico más importante en España centrado en el estudio de la Psicología de la Actividad Física y el Deporte, que se celebrará en Madrid el mes que viene. Marquez es presidenta de la Federación Española de Psicología del Deporte, titular de la Universidad del Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de León y tiene concedida desde hace dos años la acreditación para el cuerpo de catedráticos de la Universidad. Es miembro de las comisiones de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) para el acceso a los cuerpos docentes universitarios y dirige en el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León un grupo de investigación sobre evaluación piscológica en el deporte, además de ser autora de varios libros y un centenar de artículos de psicología. Dirige dos proyectos sobre los efectos fisiológicos y psicológico del entrenamiento de fuerza mediante plataforma de vibraciones en personas mayores en Castilla y León y el análisis del estrés recuperación en deportistas.

-¿Qué aporta la psicología al deporte?

-Estudiamos cómo los factores psicológicos influyen en el rendimiento deportivo y la relación entre actividad física, ejercicio y salud mental. Los factores que influyen en el rendimiento son la motivación, la autoconfianza y los niveles de ansiedad y estrés. Esto último fue tema de mi tesis en el año 1992. Ante un reto cuenta mucho la confianza que tengamos en tener las capacidades necesarias para afrontarlo.

-¿Este conocimiento que sirve para el rendimiento deportivo se puede aplicar a todos los momentos de la vida?

-La vida es un deporte y más una carrera de resistencia. Si hablamos de otra variable psicológica que puede influir en el rendimiento podemos mencionar los niveles de activación, que hace que te pongas nervioso y puedas fracasar. Hay que ajustarlos a la situación que vivimos. Hay que controlar mucho los niveles de activación.

-Cuando alguien te dice que tienes que controlar algo se produce el efecto contrario. Controlar no es tal fácil y su intento provoca, a veces, que se dispare más la ansiedad.

-Hay muchas diferencias individuales. Hay gente que tiene un control de sí mismo increíble.

-¿Se puede aprender?

-Creo que sí. La vida te enseña a controlar las situaciones a medida que se adquiere seguridad y experiencia.

-¿Hay personas que aprenden de la experiencia y otras no?

-Hay un componente de inteligencia práctica. Hay personas que siempre tienen un nivel de activación excesiva y funcionan muy bien y otras no.

-La sociedad ha cambiado mucho desde el año 92 ¿cree que variables como la motivación y estrés de la gente joven han cambiado en este tiempo?

-Siguen siendo las mismas. No es lo mismo motivación que motivos. Los motivos son las razones por las cuales queremos hacer las cosas. Los motivos dirigen la motivación, es decir, con qué empeño o con qué esfuerzo realizo una determinada acción. Si tengo un objetivo a largo plazo tengo razones para luchar por ello. Pero si resulta que, con la crisis económica, se frenan las expectativas, la motivación disminuye.

-Se habla mucho de la desmotivación de la gente joven ¿cómo motivarles para luchar en un camino de largo recorrido?

-En el terreno deportivo, aplicable a la vida, cuando aparece la fatiga acuden pensamientos negativos como el de «no voy a ser capaz», «me duele y no puedo seguir», que influyen sobre la actividad. En la práctica, muy poca gente se dedica en el entrenamiento al trabajo de motivación y existen técnicas eficaces. Hay que abordarlo con estrategias, con refuerzos e incentivos, como en cualquier empresa. El objetivo es hacer que el esfuerzo sea agradable. Si el estrés es excesivo, como en cualquier ámbito de la vida, perjudica al rendimiento. La forma pasiva de afrontar el estrés es huir de él, la activa es tranquilizarse.