Diario de León

«Estoy arrepentido, no intenté matar», declara el presunto autor de la muerte de Maite García

La Audiencia Provincial de León ha acogido la primera sesión de la vista oral del asesinato en plena calle de la ex presidenta de Aleco.

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Efe

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El presunto autor de la muerte de una mujer en el centro de León tras ser apuñalada después de robarle el bolso, ha asegurado hoy, en la vista oral del juicio por el que se le imputa por un delito de asesinato, que está «muy arrepentido» por lo ocurrido y que su intención «nunca fue matar».

La Audiencia Provincial de León ha acogido la primera sesión de la vista oral del caso, en la que ha declarado como testigo la amiga de la víctima, que aún con tratamiento psiquiátrico, ha recordado el suceso acaecido en la madrugada del 22 de noviembre de 2008, en la que un hombre disfrazado les abordó a ella y a la víctima en pleno centro de la ciudad en un suceso que desencadenó en una agresión con arma blanca por la que el imputado se enfrenta a 25 años de cárcel.

Según ha relatado la testigo, A.G.C., que no ha querido ver a su presunto agresor, las dos amigas regresaban a casa agarradas del brazo, cuando se cruzaron en la confluencia de las calles Lope de Vega con Padre Isla con un hombre, que pensaron «que era una barrendero» por el chaleco reflectante que llevaba. Fue entonces, cuando el individuo levantó la cabeza y pudieron ver que llevaba una careta y se acercaba a ellas.

«Creímos que era un niño que nos conocía», ha proseguido, pero de repente tiró del bolso de la testigo y al no conseguirlo le arrancó el collar del cuello.

Al no lograr su primer propósito probó a arrebatarle el bolso a su acompañante, María Teresa G.F., originado un forcejeo entre los tres en el que las víctima del robo se defendieron dándole patadas, yo sólo que «quería echarle atrás», ha explicado la testigo.

Sin embargo, el ladrón consiguió su fin y se llevó el bolso de María Teresa G.F., momento en el que ambas corrieron tras él para recuperarlo.

Después de no alcanzarle, la testigo se dispuso a alertar por teléfono a las fuerzas de seguridad de lo ocurrido, hasta que se percató de que su amiga no le seguía.

En ese momento, volvió su vista atrás y vio a su amiga tendida en el suelo, «cayó y no contestó más», ha añadido.

No fue hasta que se acercó a ella cuando supo que había sido apuñalada, ya que en ningún momento «éramos conscientes del riesgo, no vimos el cuchillo», ni siquiera cuando la hería con el arma, ya que en ese momento «sólo vi que la empujaba mucho». La agresión causó a la víctima diversas heridas, una de ellas mortal de necesidad a nivel de la zona precordial-submamaria izquierda, como consecuencia de la cual María Teresa G.F., de 57 años y con dos hijas, falleció en el Servicio de Urgencias del Hospital de León mientras era sometida a una intervención quirúrgica a las 6,45 horas. Por su parte, el imputado, Juan H.P., ha asegurado no recordar el momento en el que la apuñaló, sin bien ha reconocido que acercó a ellas con ánimo de sustraerles sus pertenencias para financiarse su adicción a la cocaína, sustancia que consume, según ha apuntado, desde hace 27 años.

Ese día «estaba muy mal, me había tomado 24 pastillas» de trankimazín y «no sé qué ocurrió, sé que hubo un forcejeo entre los tres» pero no visualiza el momento en el que sacó el cuchillo, que recuerda llevar oculto entre su ropa, y presuntamente apuñaló a su víctima.

Juan H.P. ha explicado que la noche de autos estaba «tranquilo» cuando se encontró con ellas, y de forma «espontánea» vio una oportunidad para robar, vía con la que obtenía dinero para sufragar su drogodependencia, ya que carecía de trabajo. Así, ha remarcado que no tenía intención de matar, «sólo de robar» y en que en «su larga trayectoria delictiva» nunca le había pasado algo así.

«Pido perdón a su familia, estoy muy arrepentido, no se la puedo devolver y no sé que decirles», ha apostillado.

En su huida se deshizo del arma, los guantes y la careta con la perpetró el crimen, objetos que fueron encontrados por los investigadores.

Además, ha declarado en el juicio por videoconferencia el hijo del imputado, que se encuentra en un centro de menores de Palencia, y ha asegurado que la careta que presuntamente usó su padre el día de autos era de él pero que había decidido regalársele a su progenitor en vistas de que éste la empleaba siempre para perpetrar sus robos.

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