Visto para sentencia el juicio contra el acusado de matar a Maite García

El juicio oral contra J.H.P., acusado de matar a M.T.G.F en noviembre de 2008 en León cuando intentaba robar el bolso a la víctima, quedó este miércoles visto para sentencia tras dos jornadas de declaraciones con la petición de 25 años de cárcel por parte del Ministerio Fiscal por entender acreditados dos delitos de robo, uno con violencia en grado de tentativa y otro con violencia consumado con un delito de asesinato con alevosía.

Después de las declaraciones del acusado y de la mujer que acompañaba a la víctima en el momento del suceso, en la jornada de ayer, hoy fue el turno para los miembros de la policía científica y los forenses que intervinieron en los diferentes estudios realizados para esclarecer el caso.

Los hechos tuvieron lugar cuando M.T.G.F. transitaba por el cruce de las calles Padre Isla y Lope de Vega de la capital leonesa junto con una amiga alrededor de las 3.30 de la madrugada del 22 de noviembre de 2008. En ese momento, ambas mujeres fueron abordadas por un individuo vestido con ropa reflectante y con el rostro cubierto por una careta, quien las intimidó con un cuchillo.

Los peritos de la investigación intervinieron a través de videoconferencia y se refirieron al contenido del informe pericial, según el cual en el cuchillo, localizado en la calle Pilotos Regueral de León, no se obtuvieron muestras de ADN, aunque si restos de sangre con perfil genético de la fallecida. Por el contrario, tanto en la careta como en el guante, ambos recuperados en una papelera, se encontraron restos epiteriales "idénticos al perfil genético del detenido", dijeron los peritos.

Los médicos forenses fueron los siguientes en prestar declaración ante el juez e informar de que la víctima sufrió cinco heridas por arma blanca, una de ellas en el mentón, otra en la cavidad torácica que atravesó el corazón y que resultó "mortal", así como otra herida en el costado izquierdo que dañó al bazo, otra en el abdomen y una última en el brazo derecho.

Según explicaron los médicos forenses, la víctima no registraba signos de defensa tanto en las manos como en las uñas, e incluso dieron a conocer una hipótesis sobre el posible orden de cada una de las heridas. Para los forenses, "es posible" es que la primera herida ocasionada fuera la registrada en el abdomen, seguida "sin poder determinarlo exactamente" de la ocasionada en la cavidad torácica que dañó al corazón, que quedó "como un pincho moruno", o la ocasionada en el costado izquierdo, seguida de las de la cara y la del brazo.

También se dio a conocer el contenido del informe sobre el estado mental del acusado, según el cual no existen síntomas que permitan afirmar que el presunto autor de los hechos posee algún trastorno mental. "No se aprecia ninguna patología compatible con el síndrome de abstinencia", insistieron los forenses, después de que el acusado relatara en la jornada de ayer que había consumido 24 `trankimazines´ y fuera consumidor habitual de cocaína. Según uno de los forenses, el informe "no narra ningún elemento que permita afirmar alguna alteración mental en el momento de los actos", e incluso afirmaron que "su estado mental le llevó a ocultar su cara, a huir y esconder el arma, lo que indica que la persona estaba consciente y no tenía ningún tipo de síndrome de abstinencia", sentenciaron.

A la hora de ofrecer las conclusiones, la representante del Ministerio Fiscal estimó que, tras escuchar las diferentes declaraciones, quedó "plenamente acreditado" que el acusado es "culpable" de dos delitos de robo, uno con violencia en grado de tentativa y otro con violencia consumado con un delito de asesinato con alevosía, además de una falta de daños, delitos por los que pide una pena de 25 años de cárcel.

El Ministerio Fiscal justificó la alevosía "sorpresiva" ya que durante los hechos el acusado no exhibió el arma o no se dirigió a las víctimas, por lo que la capacidad de defensa de las dos mujeres "fue nula" y las víctimas se defendieron "de un robo con violencia, pero no tenían constancia de la existencia del arma", dijo. Además se estimo que existió el delito de asesinato por parte de una persona "habitualmente consumidor de cocaína" pero que es "perfectamente imputable".

Por su parte, el magistrado encargado de la defensa explicó que, si bien el acusado había reconocido que había estado en el lugar de los hechos, se solicitó la "eximente completa o incompleta" al reconocer el acusado el "estado continuado de consumo de cocaína" que provocó "la necesidad de cometer el delito para buscar más", y entendió la muerte de M.T.G.F. como un "daño colateral" del síndrome de abstinencia del acusado.

La defensa pidió la libre absolución del presunto autor de los hechos por un "delito de homicidio" al entender que, aunque reconoció estar en la zona de los hechos, no reconoció el hecho del asesinato y "ha pedido perdón a quienes han sufrido esa desgracia", añadió.

Para finalizar, el acusado, J.H.P. reiteró que su intención era "robar" pero "sin ánimo de matar a nadie" y pidió "perdón" fundamentalmente a la familia de la víctima y reconoció no recordar nada. "No me acuerdo de nada, me tragué 24 trankimazines, fui con ánimo de robar y marcharme. Estoy muy nervioso y, en mi larga trayectoria delictiva no me había ocurrido esto", concluyó.