La empresa leonesa Carflor creará zonas cardioprotegidas en Castilla y León

 La empresa leonesa Carflor, de servicios socioasistenciales, será la encargada de implantar el ‘Proyecto Salvavidas’ en toda la Comunidad, que incluye la instalación de desfibriladores, mantenimiento, renovación, formación y la certificación oficial de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo (SEMST).

Carflor, tras el acuerdo alcanzado con la certificadora de Espacios Cardioprotegidos, Anek S3, se convierte de esta forma en el distribuidor exclusivo del ‘Proyecto Salvavidas’ en Castilla y León y «da un paso al frente en el territorio de la desfibrilación como elemento fundamental en el aspecto asistencial», cuya implantación forma parte de la estrategia de Cardiopatía Isquémica, aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

La Sociedad Española de Medicina y Seguridad en el Trabajo (SEMST) considera que las muertes por parada cardiorespiratoria representan un problema de primera magnitud para la salud pública, ya que se estima que en España son subsidiarias de reanimación más de 30.000 personas al año que se encuentran en entornos alejados de los centros hospitalarios, lo que «justifica claramente la creación de los espacios cardioprotegidos». La SEMST recuerda también que las paradas cardiacas ocasionan cada año cuatro veces más muertes que los accidentes de tráfico y la fibrilación ventricular es la responsable inicial de hasta un 85 por ciento de estos problemas cardiacos.

Para combatir este problema, diversos estudios científicos de investigación han demostrado la efectividad y el nulo riesgo en la utilización de los desfibriladores como fórmula de atención inmediata realizada por personal no sanitario, pudiendo salvar la vida a personas que sufren una fibrilación ventricular. Actualmente, todos los expertos, sanitarios, cardiólogos, médicos de urgencias y médicos del trabajo están de acuerdo en convertir los desfibriladores en algo cotidiano, en un elemento más de la prevención en riesgos.

Espacios cardioprotegidos

Residencias de la tercera edad, centros educativos, instituciones, empresas, instalaciones deportivas, alojamientos turísticos, comunidades de vecinos, centros comerciales, museos, cines, piscinas y los centros de transporte son espacios que pueden ser cardioprotegidos, teniendo en cuenta el elevado número de personas que frecuentan estas instalaciones.

Un espacio cardioprotegido debe contar básicamente con desfibriladores externos semiautomáticos, de fácil acceso para las personas, con el fin de lograr la desfibrilación en el transcurso del tiempo recomendable desde que se produce el paro cardiaco.

Otro aspecto importante del ‘Proyecto Salvavidas’ es la formación del personal que se responsabilice del uso el desfibrilador en caso de emergencia. Las personas que se responsabilicen de la utilización del desfibrilador deberán formarse mediante un curso de soporte vital básico que incluye, entre otros aspectos, varias sesiones de simulación y entrenamiento. Estos cursos cuentan con la certificación del PNRCP y la Comisión de Formación Continuada, además de estar homologados para todas las comunidades autónomas según sus normativas.