Diario de León

Feve abre una vía en la ciudad

El nuevo viaducto, abierto a primera hora de la tarde de ayer, permite cortar Álvaro López Núñez para iniciar las labores de derribo del puente de los Maristas.

El corte de Álvaro López Núñez se desahogó con la apertura del viaducto a Ramón y Cajal.

El corte de Álvaro López Núñez se desahogó con la apertura del viaducto a Ramón y Cajal.

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a. caballero | león
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El nuevo viaducto de Feve se convirtió ayer en grada. Un espacio para el comentario y los augurios, alimentados por la apertura y el consiguiente corte de la avenida Álvaro López Núñez, registrado a las 15.55 horas. Un lugar para el debate, mientras los primeros vehículos encaraban la bajada hacia Ramón y Cajal y los peatones extrañados andaban por la acera en precario todavía sin rematar, en el que crecían los pronósticos sobre el comportamiento del tráfico en estos días de adaptación. «Por ahí, con la pendiente que hay, sale uno volando como coja la curva un poco rápido, ya lo verás», adelantaba un paisano al compañero de paseo. «No. El mayor problema va a ser abajo, en la unión de la calle con Era del Moro, donde más de uno y más de dos se van a dar un beso hasta que se acostumbre la gente a que no se puede abrir para el giro como antes porque existe una línea continua», atajaba el otro.

El estreno de la infraestructura pilló por sorpresa a los despistados que querían cruzar hacia El Espolón. Ajenos a los carteles informativos del desvío —que aconsejan usar Mariano Andrés y Juan de Austria para ir hacia San Mamés, Nocedo y La Palomera— estos conductores se vieron obligados a tener que bajar por el viaducto, lo que ocasionó retenciones en Ramón y Cajal hasta el cruce con la calle La Torre, por donde cruzaron hacia Padre Isla para reorientar sus itinerarios.

El corte atrapó también a los peatones. Con vallas puestas en principio a los dos lados del puente para impedir el acceso, aunque posteriormente se dejó abierto un paso en el área. El aislamiento de las dos zonas de Álvaro López Núñez se reforzó además con el cierre de las escalerillas de los Maristas, que se demolerán para construir una nueva infraestructura con forma de L y accesibilidad para personas problemas de movilidad. Una zona de exclusión que hace que los viandantes tengan que comunicarse por el viaducto y Era del Moro.

La acotación del espacio permitió que ya por la tarde comenzaran los trabajos para quitar el puente de los Maristas. Un derribo que no se hará de manera inmediata, sino que primero se acometerá la cimentación de la nueva infraestructura, lo que demorará cerca de dos semanas la eliminación del pretil. Un elemento que se sustituirá por una estructura bajo la cual quede espacio para el paso de dos vías.

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