El desencuentro más viejo del mundo se celebra en la Cuna del parlamentarismo

Ni el parlamentarismo ni la cuna en la que se mece han sido hoy elementos para favorecer el acuerdo en el debate histórico más antiguo que se recuerda, el que protagonizan el pueblo de León y el Cabildo de la Catedral desde el siglo IX y que, una vez más, ha acabado en tablas.

Un representante de los leoneses y otro del clero se citan cada domingo antes de las Fiestas de San Froilán, cuando el pueblo acude a la Catedral de León ha realizar una ofrenda a la Virgen para agradecer la mediación divina en la victoria cristiana en la Batalla de Clavijo, en el año 844.

La derrota de los moros sirvió para abolir el ominoso Tributo de las Cien Doncellas, cien jóvenes nobles y cincuenta plebeyas, que eran introducidas por la sotadera en las artes amatorias y cultura musulmanas para, después, entregárselas al califa.

Según la leyenda, las doncellas prefirieron cortarse la mano antes de ser entregadas, momento a partir del cual se decidió negar para siempre el tributo, lo que condujo a una batalla ante las tropas de Abderramán II, al que se derrotó gracias a la ayuda del santo Santiago, que se apareció con su caballo blanco para colaborar en la derrota de las tropas moras. En agradecimiento por esta victoria, el pueblo de León realizó una ofrenda al Cabildo catedralicio, que va acompañada por las Cantaderas, una vez liberadas de ser enviadas como tributo.

Este hecho ha dado origen a la celebración de la ceremonia de Las Cantaderas, en la que se enmarca la discusión, que ha tomado el nombre de "Foro u Oferta". Desde entonces, cada año, los leoneses, representados por el síndico, sostienen que acuden a la cita de forma "libre y voluntaria", mientras que el Cabildo recibe a la comitiva municipal con recelo, ya que asegura que lo hacen de forma obligada, lo que desencadena un atípico debate convertido en tradición.

El capitular, Primo Lucio, ha entregado al síndico, el concejal de Cultura, Juan Pablo García, una cuna de madera en miniatura ya que, tras la declaración de León como "Cuna del parlamentarismo", ha afirmado que muchos visitantes acuden a la ciudad buscando ese lugar en el que se mece la democracia. Pero más que un detalle, el regalo llevaba implícito el principal argumento de la curia para seguir afirmando un año más que León no acude de forma voluntaria. "Lo que se aprende en la cuna nunca se olvida y el pueblo de León aprendió en la cuna que la ofrenda es una obligación", ha sentenciado el capitular.

Juan Pablo García ha respondido al obsequio con otro regalo, una caja de bombones con forma de corazón. "La mitad son de licor, que sé que le gusta", ha espetado García a Primo Lucio, a la vez que ha mostrado su intención de que el regalo sirviera para "endulzar" su carácter y que, el próximo año, en esta ceremonia de las Cantaderas, el clero dé su brazo a torcer ante los argumentos del pueblo de León.

El edil ha apelado al "corazón y al amor" algo que, a su juicio, no está reñido con la razón, y que son los motivos que, según ha aclarado, mueven al pueblo en su visita anual a la catedral.

Avanzado el debate, y a pesar de expresar que suponía que, en esta ocasión, el asunto iba a quedar "zanjado en una mañana", el concejal ha puesto de ejemplo la forma con la que una madre cuida de su pequeño de una forma "libre y voluntaria".

"Como hijos que somos de la Virgen, venimos con el corazón limpio y el espíritu alegre", ha señalado.

Sin embargo, Primo Lucio, representante del clero, ha replicado para defender el argumento de que el pueblo acude a la ofrenda de forma obligada, que "el amor de madre conlleva responsabilidad".

"No pierda la razón; busque la verdad. Sabe bien que el pueblo de León es valiente, generoso y agradecido, pero viene a cumplir con una obligación", ha insistido el clérigo al representante del pueblo que, además, ha instado al edil de Hacienda, que también ha seguido el debate, a que "vaya contemplando estas deudas" en los presupuestos municipales.

Antes del debate en el claustro de la catedral de León, se ha celebrado desde San Marcelo hasta la seo el desfile del carro con las ofrendas que las doncellas han realizado a la Virgen. Junto a ellas, las Cantaderas, que dan nombre a esta tradicional celebración, que han bailado junto a la sotadera ante decenas de personas que se han agolpado, primero en la calle, y, después, en el propio claustro, para contemplar esta cita, que sirve de preámbulo a la celebración de las Fiestas de San Forilán.

Durante esta jornada, además, se ha celebrado el desfile de los carros engalanados al estilo leonés más tradicional, así como el de los pendones, las banderas concejiles de las comarcas leonesas que se han dado cita en la capital ante cientos de leoneses y de visitantes.