Diario de León

ALERTA POR LLUVIA

Una tromba de agua deja en León 40 litros en apenas una hora

La tormenta anegó cocheras y dejó sin luz a 1.900 clientes

La tromba anegó garajes y pasos subterráneos

La tromba anegó garajes y pasos subterráneos

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Á. C. | LEÓN
León

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En poco más de hora, la tromba de agua que cayó ayer en la capital leonesa y su área metropolitana presentó registros de más de 40 litros por metro cuadrado. Una cortina incesante que casi llegó a colapsar la centralita de los bomberos, que acumuló más de una docena de avisos de cocheras anegadas, provocó un corte del suministro eléctrico en el centro de la ciudad que dejó sin luz a 1.900 usuarios, causó desprendimientos en varias fachadas, aunque sin daños personales e, incluso, obligó a tener que achicar agua en los vestuarios del Palacio de los Deportes.

El incidente más importante se registró a las 20.11 horas con el corte de luz en el que se vio inmerso en área urbana delimitada entre Padre Isla, Ordoño II y Ramón y Cajal. La rapidez en la intervención de los técnicos de Iberdrola permitió que el 79% de los 1.900 usuarios afectados recobraran el suministro en 50 minutos, mientras que otros 388 clientes tuvieron que esperar otra hora más para ver restablecida la normalidad, una vez que los operarios consiguieron achicar el agua que había inundado el centro de transformación ubicado en la calle La Torre.

En el parte de las salidas de los bomberos, más allá de las inundaciones de los garajes, se apuntó la intervención una vez más por la caída de cascotes en la casona de la calle Dámaso Merino, donde las labores para apuntalar la fachada antes de empezar la promoción de viviendas no ha conseguido frenar los desprendimientos. Cerca de allí, en el arco de la muralla que da entrada hacia el hospital de La Regla, los funcionarios municipales también actuaron en los desconchones sufridos en uno de los escudos blasonados que hay en el lienzo monumental.

En una tarde noche muy ajeterada, la participación de los bomberos también sirvió para achicar los vestuarios del Palacio de los Deportes, donde la intensa lluvia colapsó las canalizaciones e hizo que el agua saliera por los sumideros interiores.

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