Diario de León

EL CRIMEN DE ISABEL CARRASCO

El fiscal reprocha a la defensa que quiera hacer del proceso un juicio a Isabel Carrasco

El letrado de Montserrat y Triana sostiene que el crimen fue a título particular «para acabar con la maldad de esta persona»

Los abogados de las diferentes partes se saludan antes de iniciar la sesión

Los abogados de las diferentes partes se saludan antes de iniciar la sesión

León

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«No se puede calificar el crimen de atentado porque no buscaba acabar con la vida de la presidenta de la Diputación. Fue a título particular, por la maldad de esta persona. Si de verdad esta parte quisiera tener mala idea, solicitaría que se incorporasen al juicio las vinculaciones de la Operación Púnica con Isabel Carrasco o el montante de su herencia. Pero no lo vamos a hacer porque no viene a cuento. El puesto de ingeniero de telecomunicaciones de Triana estaba hecho a dedo para ella. Está muy mal, pero así funcionaban las cosas cuando era presidenta».

José Ramón García, letrado defensor de Montserrat González y Triana Martínez, solicitó ayer al magistrado presidente del Tribunal del Jurado que juzgará la muerte violenta de Isabel Carrasco que se admitan pruebas de que la hija era objeto de un acoso laboral y personal muy notable. «No pretende esta parte justificar con ello el crimen, en absoluto. Pero sí demostrar que estas personas estaban en un estado de alteración que modificaría la responsabilidad penal», matizó en la vista para las cuestiones previas, celebrada ayer en la Audiencia Provincial.

El fiscal jefe de León, Emilio Fernández, replicó que el planteamiento que presenta la defensa de madre e hija «puede ser legítimo, por supuesto. Pero es sorprendente. Trae a esta sala cuestiones que no son nuevas y que tienen una utilidad muy discutible. Todo porque se quiere convertir el procedimiento, con la trascendencia mediática que tiene, en un juicio contra Isabel Carrasco en lugar de contra Montserrat y Triana».

Un caso único

«Sería importante saber si el de Triana es el único caso en el que la Diputación ha solicitado la devolución de cantidades en un supuesto de estas características. Y la prueba documental que aportamos confirma que, efectivamente, no hay un precedente anterior». Sugirió el abogado de madre e hija que además, el letrado que representó a la Diputación en ese procedimiento, hizo su trabajo gratis.

«Todo son elucubraciones por su parte», se quejó el fiscal. «Si el abogado trabajó gratis, fue por orden de Isabel Carrasco. Si hubo una inspección de Hacienda a Triana, fue porque lo mandó Isabel Carrasco. Todo lo que le pasaba a Triana era por influencia de Isabel Carrasco. ¿Siempre estaba vigilante?».

Otra vez la confesión

«Pretendemos acreditar que lo que hemos manifestado a lo largo del proceso de instrucción, tiene un soporte probatorio. Había mucho interés en conseguir la confesión de Montserrat y en que apareciera el arma. Y para eso no se dudó en juntar a la madre y a la hija aunque estaban en comisarías separadas para convencerlas de que hicieran más caso a los propios policías que les recomendaron confesar que a su propio letrado, que les dio la orden de no declarar», lamentó García. «No se entiende muy bien a cuento de qué se vuelven a traer diligencias de prueba que ya han sido expulsadas del procedimiento, a pesar de que ya la jueza instructora lo rechazó en su día», recordó el fiscal.

«¿Por qué se le va a vetar al jurado conocer asuntos que la defensa considera que son importantes?», se preguntó el letrado de madre e hija, que se hizo acompañar en la sala por José Fernando Cornejo, el abogado que atendió en primer lugar a las dos sospechosas en el momento de su detención. «Me sorprende mucho el giro que toma la línea de defensa de las dos acusadas desde el momento en el que asume su defensa un nuevo abogado», aseveró el fiscal. «Hasta ese momento no habían referido ningún episodio de acoso sexual».

El cruce verbal entre la defensa de las dos principales imputadas y el Ministerio Público no tuvo continuidad en las intervenciones de la acusación particular ni de la popular, muy mesuradas en los dos casos. El letrado defensor de Raquel Gago abogó por un juicio «lo más justo posible, y si para eso hay que incorporar determinadas pruebas, mejor. ¿Por qué hay que tener miedo? ¿Hay algo que esconder?», sugirió.

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