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TRIBUNALES

La defensa del acusado de urdir un plan para matar a su mujer pide su absolución por falta de pruebas

La sala donde se celebra el juicio se encuentra llena de público

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El abogado defensor del vecino de Villadangos del Páramo acusado de urdir un plan para matar a su mujer ha manifestado hoy que no hay pruebas de que hubiera delito y pide por lo tanto la absolución para su cliente. Antes de entrar a la sala donde se está celebrando el juicio, el letrado ha declarado que la pena que se propone es desmedida. 

Durante la vista el abogado, Miguel Ángel Orallo, ha propuesto dos nuevos testigos y ha presentado un ticket de compra para desmontar la tesis que sostenía que su defendido estaba reunido con los sicarios el día y hora que dice la fiscal. Ha solicitado además que se rechacen como pruebas las escuchas telefónicas de la Policía. El magistrado juez no ha considerado su propuesta, al entender que las escuchas se hicieron con todas las garantías legales.

El acusado se enfrenta a una pena de trece años de prisión por, presuntamente, urdir un plan para acabar con la vida de su mujer, a cuyos efectos contrató a una banda de sicarios. 

Según las calificaciones de la Fiscalía, el acusado, en prisión preventiva desde agosto de 2014, se habría puesto en contacto con una persona para que llevará a cabo el crimen a cambio de 20.000 euros, para lo que le adelantó 3.000 acordando el resto tras consumar el crimen. El asesinato se frustró cuando el sicario ingresó en prisión por otra causa, a pesar de lo cual el acusado perseveró poniéndose en contacto con otra persona conocida del sicario.

Según el escrito de la Fiscalía, el ahora acusado se citó con el nuevo sicario y otras dos personas de origen sudamericano el 11 de agosto de 2014 para concretar el plan y facilitarles los horarios de su esposa, una fotografía para que pudieran identificarla y todos los datos necesarios sobre donde residía para facilitarles su localización.

El nuevo sicario habría solicitado, un anticipo de 10.000 euros al que el acusado se negó aceptando tan sólo entregar 300 euros tras acordar la fecha del crimen para el 13 de agosto de 2014 simulando un robo para encubrir los hechos.

Tras llegar esta fecha y verificar Cañón que su mujer seguía viva se puso de nuevo en contacto por telefono con el sicario que le trasladó que había tenido problemas y solicitándole de nuevo el anticipo de 10.000 euros para llevar a cabo el asesinato, que fijaron para el día siguiente.

La negativa del acusado a adelantar más dinero frustró el crimen y Cañón fue detenido el 19 de agosto por la Policía, que encontró en su vehículo 10.000 euros.

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