Diario de León

El abogado de Gago posee documentos que avalan su tesis sobre la desaparición

Insiste en que fueron motivos estrictamente personales y ajenos a su voluntad.

Luis Enrique Valdeón y Raquel Gago salen de la Audiencia Provincial solos ante la ausencia de Fermín Guerrero.

Luis Enrique Valdeón y Raquel Gago salen de la Audiencia Provincial solos ante la ausencia de Fermín Guerrero.

León

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Fermín Guerrero, letrado defensor de Raquel Gago, dispone de documentos que acreditan que su repentina desaparición el pasado miércoles obedece a razones «estrictamente personales» y da por hecho que esta documentación y sus explicaciones justificarán de forma sobrada lo que ocurrió en la quinta jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de León por el crimen de Isabel Carrasco.

Guerrero ha declinado a lo largo de las últimas 48 horas la invitación de diversos medios de comunicación para comparecer en público y explicar de forma más detallada lo ocurrido. Es consciente de la repercusión que el asunto ha tenido, pero entiende que no debe de ser protagonista de más noticias a este respecto y desea mantenerse en un segundo plano. «Yo ya no voy a hablar más, ya he dicho lo que tenía que decir y ahora hay que centrarse en lo que viene, que es muy importante. Mi clienta se juega mucho en este juicio y yo no puedo ser el protagonista».

El letrado murciano está convencido de que las explicaciones que dio en un primer momento al magistrado presidente fueron suficientes como para que se pudiese continuar con la vista oral. Con ser este asunto fundamental y de importancia notable, el abogado considera que hay otro aspecto que tiene prioridad por encima de todo: la confianza de su patrocinada. Por todo ello y una vez que Raquel Gago le comunicó que sigue depositando en él suficiente fe como para seguir adelante con el caso, el resto de cuestiones se antojan un tanto aleatorias.

Negativa

Pese a que en un primer momento negó que el magistrado presidente le hubiese solicitado un escrito aclarando de forma convincente los motivos por los que no comunicó su ausencia de la sala el pasado miércoles, posteriormente el letrado ha reconocido que tiene documentación suficiente como para demostrar que fueron razones de fuerza mayor y de índole privada los que le obligaron a no comparecer. No es sólo su desaparición lo que deberá de analizar el magistrado presidente sino por qué no hizo saber a su equipo que no iba a presentarse en el Palacio de Justicia. Es práctica relativamente habitual en las vistas que se produzcan contingencias de última hora o situaciones de enfermedad que provoquen la ausencia de los letrados en todo tipo de casos. La peculiaridad de este caso radica en que no hizo saber con anterioridad suficiente que iba a ausentarse y que provocó una serie de trastornos que, cierto es, se resolverán con la celebración de la sesión el próximo jueves, 4 de febrero, que en principio había quedado libre por la decisión de varios testigos de no comparecer a declarar.

Fermín Guerrero desapareció de forma repentina en la tarde del martes pasado, después de haber comido con José Ramón García, el representante legal de Montserrat y Triana. En torno a las 17.30 horas abandonaron un céntrico restaurante de la capital, bastante cercano a la Audiencia Provincial y en torno a las 19.00 horas se le perdió la pista. Desde las 19.04 horas su teléfono móvil quedó inactivo y el último whatsapp que se registró aquella tarde sorprendía, a la vista de la intensa actividad que suele registrar.

No pasó la noche en el apartamento de Raquel Gago, como en un principio tenía previsto y tampoco comunicó nada a Luis Enrique Valdeón, su procurador. Este último y la acusada se personaron en la Audiencia Provincial a las 9.00 de la mañana del miércoles como de costumbre. Pero no supieron de su paradero hasta las dos de la tarde, cuando el vehículo y su propietario fueron vistos en un vado permanente de la calle Fray Luis de León, a la altura de la esquina con Fernández Ladreda.

Fermín Guerrero ha participado en los últimos años en otros juicios que alcanzaron cierta relevancia mediática, como el del asesinato en Murcia del cura Salvador Fernández Cíller, en el que defendió a un ciudadano rumano que fue hallado culpable y condenado a 21 años de prisión; o el ‘caso Líber’ una trama dedicada a amañar concurso públicos, tanto en el Ayuntamiento de Aledo (Murcia) como en las consejerías de Presidencia y Sanidad de la comunidad autónoma, entre otros casos conocidos.

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