«Es la economía de subsistencia»

Aunque «la previsión no es que aumente», el Ayuntamiento de León tampoco trabaja con la planificación de que «bajen los usuarios». «Trabajamos a la demanda que tengamos, por eso hay que calcular para no quedarnos sin recursos. Pero ahora creemos que sí que se ha estabilizado el número y se mantendrá durante unos años porque sólo se superará con la mejora del empleo», concede Juan José Compadre, quien insiste en que se trata de «situaciones estructurales» que han terminado por generar un amplio sector de población afectado por «la economía de subsistencia». «Hoy en día cualquiera puede verse en un momento dado afectado por la necesidad de acudir a los servicios sociales», apunta.

No es teoría. Hay casos de sobra en las carpetas de los 25 trabajadores sociales que se reparten por los siete centros municipales de asistencia. Nada que ver con los perfiles de exclusión que había hasta la llegada de la crisis. Ahora, insiste Compadre, no sólo se refleja que «el número de beneficiarios de las ayudas en cada familia ha aumentado», sino que además hay experiencias en las que tienen que recurrir a estas ayudas «personas que incluso tienen un empleo, a tiempo completo, parcial o por horas, con formación, pero con un sueldo muy bajo que no le sirve para atender las necesidades de su casa». «¿Cómo llegar con 400 ó 500 euros a fin de mes en familias con cinco miembro», plantea el trabajador municipal, que analiza los expedientes junto a Puri Muñoz, coordinadora de inclusión social en el consistorio.

Compadre abunda en que dentro de estas situaciones la mayoría de las ayudas se destinan «a pagos del alquiler de la vivienda, porque en la mayoría de los casos estos gastos ocupan más del 50% de los ingresos que tenga la familia», aunque también «han vuelto a aparecer peticiones para el pago de carbón y gasoil». «Esto no es temporalidad, es estable», recalca.