Diario de León

LA ENTREVISTA

«No contemplo ir a Botines en absoluto, tengo otras prioridades»

JUAN FRANCISCO GARCÍA MARÍN / Rector electo de la Universidad de León

García Marín explica en la entrevista sus objetivos. RAMIRO

García Marín explica en la entrevista sus objetivos. RAMIRO

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A. Calvo | León

Juan Francisco García Marín ya se considera leonés. Es natural de Alfaro, en La Rioja, pero lleva 21 años vinculado a la facultad de Veterinaria del Campus de Vegazana y, cumpliendo la norma no escrita de la Universidad de León, en sus segundas elecciones como candidato ha conseguido convertirse en rector, en unos comicios marcados por la polémica y la tensión. Meditó mucho su presentación y ahora se enfrenta a los próximos cuatro años al frente de la institución académica «con nuevos aires», como anunciaba en su campaña electoral.

—¿Por fin le ha llegado la tranquilidad al nuevo rector?

—Aún falta un periodo de reclamaciones, pero las cosas se han hecho bien. Han sido unas elecciones limpias y hay que ser un poco sensatos y no seguir insistiendo cuando en ninguna de las mesas se reflejó incidencia alguna. ¿Cómo voy a manipular yo el voto de 2.300 alumnos? El profesor Chamosa habrá tenido una gran frustración, pero han sido unas elecciones limpias. Eso sí, la proclamación aún es provisional y hasta mañana a las 14.00 horas aún tiene tiempo de presentar más reclamaciones.

—¿Qué es lo primero que hará en cuanto se coloque el birrete de rector?

—Ya hemos empezado a trabajar. Hemos tenido contacto con representantes de algunas facultades, con los alumnos, también con Hermida, quien me ha trasladado la urgencia del plan de titulaciones, que hay que hacerlo cuanto antes, porque hay que planificarlo para poder hacerlo efectivo cuando llegue al cargo y también ir haciendo el traspaso de poderes.

—Las nuevas titulaciones ya quedan encarriladas, aunque en su programa usted remarcó que es preferible afianzar lo que hay a ampliarlo.

—Primero tenemos que hablar con la propia Universidad de León y después con la Junta. Se han presentado siete nuevos grados para un plan de cinco años, pero eso hay que definirlo y razonarlo, porque hay que saber con qué medios cuenta la institución o en detrimento de qué titulación, porque para la Junta son a coste cero. Antes se crecía con el número de titulaciones, pero ahora se crece asegurando y potenciando lo que hay para que se llenen las clases y los grados sean atractivos. Ya hemos dicho en Valladolid que nos gustaría tener capacidad de maniobra.

—La Universidad de León ha logrado salir de una etapa muy delicada económicamente y aún debe seguir amortizando la deuda. ¿Cómo se enfrenta a esta gestión?

—La deuda se tiene que seguir amortizando y más o menos, en total, son dos millones al año. Esto nos deja menos capacidad, pero en el programa ya contábamos con ella.

—El presupuesto se lo han dejado hecho. ¿Hará modificaciones?

—Tenemos capacidad para modificarlo, pero sobre todo para redistribuir, habrá que ver la partida de personal.

—También parece ya hecho lo del traslado del rectorado a Botines.

—No lo contemplo en absoluto. Habría que mantener Botines y El Albéitar y eso implica un mayor gasto y yo tengo otros objetivos prioritarios porque no podemos regatear en la actividad académica o en las prácticas.

—Olvidando su papel como profesor y ex decano de Veterinaria. Como nuevo rector de la Universidad de León, ¿qué enfoque le dará al Hospital Veterinario para conseguir la acreditación europea?

—Tiene que funcionar como un hospital, con todos sus servicios, hay que coordinarse y debe tener una gestión independiente, faltan algunas especialidades y algunas capacitaciones europeas y hay que buscar financiación en la Junta para ser un hospital de referencia, no como una competencia al sector.

—Titulaciones con mucho tirón ahora en el campus son las que se imparten en la escuela de ingenierías.

—Sí, pero no por ello hay que olvidar la biotecnología o la agroalimentación. Eso no quita que si hay algún otro grupo potente no se apoye. Lo que hay que hacer es indentificarlos y relacionarlos, porque muchas veces no saben qué hace el de al lado.

—En el Campus de Ponferrada obtuvo un gran respaldo. ¿Qué acciones concretas tiene previstas para el Bierzo?

—Lo primero, un vicerrector específico. Pero también hay que abordar todo el tema de las instalaciones, las infraestructuras, las investigaciones, el profesorado... Aunque parece algo sencillo no se ha hecho. Debo reunirme con los profesores y ver qué falta y qué sobra, aunque de esto creo que poco habrá.

—Volviendo al tema de la campaña. Han sido unas elecciones tensas, sobre todo en las últimas horas. ¿Qué opinión le merece?

—Yo no entiendo cómo se ha llegado a esta situación. No ha habido ninguna incidencia..., no sé si daban las elecciones por ganadas, pero para la Universidad esto no es bueno.

—Ha tenido que dar la cara hasta la junta electoral.

—Eso es muy significativo. Yo no he vivido una situación similar, cuando yo estaba en Zaragoza el nuevo rector ganó por una distancia menor a la mía y no pasó nada, Nieto Nafría y Santoyo, lo mismo. Si llegamos a una segunda vuelta será menospreciar a los alumnos, porque el próximo martes no habrá ni estudiantes ni profesores en el campus para votar. Confío en que reine la sensatez.

—Cuando sea proclamado rector oficialmente, su vida universitaria cambiará. ¿Echará de menos las clases?

—Es lo que más voy a echar de menos, porque lo mejor de la universidad es el contacto diario con gente siempre joven, con ilusiones y con ganas de aprender. No está prohibido seguir dando clases, pero es muy difícil, imposible compatibilizarlo.

—Los estudiantes han sido precisamente quienes más apoyo le han dado. ¿Cómo les ha convencido?

—Creo que generando ilusión y avanzando que las cosas pueden cambiar. Los objetivos tienen que estar basados en sus necesidades y ellos son la razón de ser de la universidad y eso es fundamental.

—Empiezan las fiestas universitarias. ¿Qué hará con los botellones?

—Quiero que los alumnos se impliquen y que no que haya botellones, pero tenemos que organizarnos y llevarlo de forma civilizada. Eso no quiere decir que no haya fiestas universitarias, pero no botellones.

—Los estudiantes se decantaron por usted, pero el profesorado apostó más José Luis Chamosa. ¿Por qué?

—En el PDI contratado la diferencia fue muy poca y en el laboral no sé cuál ha sido el motivo porque yo aseguré que los asociados tendrán su contrato y su estabilidad.

—Hablemos de las tan traídas y llevadas tasas universitarias. ¿Cómo convencerá a la Junta para que las rebaje?

—León tiene las tasas más altas de su entorno: Galicia, Asturias y Cantabria. Eso nos resta competencia y creo que para ser una universidad pública tenemos unas tasas excesivas. Si se bajan las tasas, la Junta tiene que compensar por otro lado este dinero, pero creo que cuando subieron tanto las tasas los alumnos bajaron el número de créditos de los que se matricularon, con lo que no hubo los ingresos previstos. Hay que analizar y ver cuál es el beneficio económico y cuál el perjuicio social.

—Uno de sus anuncios concretos es que va a reducir los cargos de designación. ¿Cómo calará esta medida?

—Sí, sí. Se van a reducir, que no quepa la menor duda. Aún no se saben cuántos, pero serán unas cuantas decenas. No se hará de golpe, porque tiene que haber promoción del personal administrativo. Hay que hacer esa redistribución y algunos cargos son necesario en algún servicio concreto. Eso ya lo avancé y yo no prometí en campaña ningún cargo a nadie.

—¿Qué hará para rejuvenecer la plantilla?

—Hay áreas en las que la media de edad está en los 60 años y no tienen relevo. Hay que hacer contratos de profesor ayudante para que ellos puedan ir acreditándose e ir logrando mejores plazas y poder ofrecerles continuidad.

—¿Cómo se enfrentará al plan de educación online?

—Hay que ser muy prudentes. Se están haciendo títulos semipresenciales, pero creo que hay grados que no pueden ser exclusivamente online.

—Tras su mandato como rector, ¿qué huella le gustaría dejar en la Universidad de León?

—Quiero que la Universidad no se sienta como una universidad pequeña porque tiene pocos alumnos. Quiero que sea reconocida por su calidad docente, sus investigadores y que la gente venga a estudiar a León por ser una universidad de referencia. Para ello hay que definir objetivos, poner en valor titulaciones y dar ayudas. No soy de palabras grandilocuentes porque las cosas se demuestran con hechos.

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