Adif revisará los edificios anejos a la zona del soterramiento del AVE
Justifica las inspecciones en que se «minimizarán las afecciones al entorno y los vecinos».
Los edificios del entorno del paso a nivel del Crucero, en la calle Pardo Bazán, ya han recibido las cartas del Adif. RAMIRO
álvaro caballero | león
Con el permiso de los vecinos, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) empezará a inspeccionar en las próximas semanas los edificios de la traza ferroviaria en la zona del antiguo paso a nivel del Crucero. Justo donde más cerca discurrirá el soterramiento de las edificaciones, los técnicos de la ingeniería externa Ágora, contratados por el organismo estatal, procederán a «obtener la mayor información posible de los inmuebles y edificios adyacentes a las obras», según se ha trasladado ya desde el organismo estatal en una carta enviada a las comunidades vecinales, en la cual se insiste en que el objetivo final es «ejecutar las obras con la máxima calidad, minimizando las afecciones al entorno y a los vecinos».
Pese a esta explicación, los vecinos muestran su recelo ante una actuación que identifican como de defensa de Adif ante los posibles problemas que se generen en los edificios por motivo de las obras. Más si cabe, reseñan, en una zona en la que existen bolsas de agua, como muestran los pozos de los patios de varios inmuebles de la calle Pardo Bazán, que podrían incidir en el desarrollo de los trabajos y sus consecuencias. La suma de factores hace que, en algunos portales, se planteen solicitar asesoramiento jurídico, al tiempo que se busca el apoyo de los técnicos del Ayuntamiento para conocer el proyecto en profundidad.
No evita que Adif mantenga la intervención prevista, que es habitual en obras del calado del soterramiento que se hará en la capital leonesa, donde el tren empezará a descender en el entorno del estadio de fútbol y emergerá por completo en las inmediaciones de la calle La Luz, rebasado el antiguo paso a nivel del Crucero. El trabajo, como se cita en la misiva, contará de una fase de revisión de «las zonas comunes del edificio y la fachada», cuyo informe se entregará a la comunidad, además de otra de «inspecciones de un número de viviendas representativas del edificio». Los datos se trasladarán a la empresa de la integración, que aun sigue con los trabajos previos a la intervención.