La Audiencia juzga a tres Larralde y un acompañante por tráfico de droga

dl | león

Tres miembros de la familia Larralde y una cuarta persona detenida en la misma operación se enfrentan a penas que van desde los siete a los nueve años de prisión para cada uno de ellos, acusados de un delito contra la salud en la modalidad de sustancias que causan un grave daño a la salud y en cantidad de notoria importancia, hechos por los que serán juzgados esta mañana (Audiencia Provincial, 10.00 horas).

De acuerdo al escrito de calificaciones provisionales del Ministerio Fiscal, los acusados son Paulino Larralde (padre e hijo), Camino Larralde y su acompañante en el viaje que habían proyectado a Vilanova de Arousa el día 25 de septiembre de 2015, para adquirir droga que iban a transportar a la localidad berciana de Camponaraya.

Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que se encontraban en tareas de identificación de personas y vehículos apreciaron que Paulino hijo, en actitud nerviosa y vigilante, estacionó el coche en el que viajaba su padre en las inmediaciones de un bar de la zona, muy conocido como área de reunión para actividades delictivas.

Larralde hijo y Camino conversaron durante unos instantes, presumiblemente para coordinar el transporte de la droga. Así que los agentes decidieron seguirlos.

El primer coche, que hacía las veces de lanzadera, tomó la autopista A-9 y fue seguido por el otro automóvil. Rebasado el peaje de Santiago de Compostela, se dio alerta a la Policía Nacional de Ponferrada para que montara un dispositivo de control en Piedrafita (Lugo), donde se detectó el paso del convoy a las 16.00 horas. Padre e hijo iban en cabeza y el otro vehículo los seguía.

EN CAMPONARAYA

A la salida de Camponaraya se montó un segundo dispositivo, que detuvo a la joven y a su acompañante. Llevaban ocho envoltorios con un total de cinco kilos y medio de cocaína que en el mercado hubieran tenido un valor de 784.000 euros.

Padre e hijo cambiaron de coche y dieron una vuelta por Camponaraya para evitar la actuación policial. Sin embargo, Paulino padre fue detenido, dándose a la fuga el hijo que fue arrestado un poco más tarde después de lanzar el teléfono móvil por la ventanilla del coche. El primero llevaba placas falsas de la Guardia Civil y un pagaré por importe de 30.000 euros.

Para Paulino padre se solicita una pena de nueve años de prisión y una multa de dos millones y medio de euros. Para los otros tres acusados se solicita una pena de siete años y medio de cárcel y una multa de un millón y medio de euros