La gripe pone a prueba el estado de la sanidad leonesa

dl | redacción

El Hospital de León atiende desde hace días una media de 500 pacientes afectados por la gripe en un servicio de Urgencias que está saturado desde Navidad. La epidemia, que ha alcanzado su punto crítico, ha colocado a Castilla y León como la comunidad más afectada, con 372,21 casos por cada 100.000 habitantes, según los datos dados a conocer hoy por la web del Instituto de Salud Carlos III. Es la única comunidad con intensidad 'muy alta'.

La tardanza en adoptar medidas para atenuar en León la avalancha de afectados por esta enfermedad ha desatado fuertes críticas políticas. El secretario general del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, urge al consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, a comparecer en las Cortes para dar explicaciones sobre su política sanitaria y lo que ha denominado como «incendios sanitarios crecientes», al tiempo que ha pedido su dimisión.

En rueda de prensa, Tudanca ha explicado que pedirá que se reúna la Diputación permanente de las Cortes para valorar esta petición de comparecencia cuanto antes, al ser enero mes inhábil en el Parlamento autonómico. En su opinión, es «una desvergüenza» que el consejero hable de los problemas de la sanidad en Castilla y León como «casos aislados» ya que, si se repiten en lugares distintos, es porque se debe a una «mala política sanitaria, a los recortes y al pago de fondos públicos para beneficios privados», que lastra la capacidad presupuestaria en sanidad». Ha recordado que se han producido en los últimos meses protestas ciudadanas por el mal funcionamiento de la sanidad en varias provincias y ha destacado los problemas generados por el cierre de plantas y camas en hospitales, aumento de listas de espera, falta de médicos y enfermeras, colapsos en urgencias, o el retraso en implantar la receta electrónica. Son algunos coletazos de la tormenta política que ha ocasionado la gestión del colapso por la crisis de atención sanitaria tras dispararse la epidemia de gripe. Para frenar los efectos del colapso, en León se ha procedido a la contratación de personal en enfermería; una enfermera más en los turnos de tarde y de noche en urgencias, otra enfermera por turno de trabajo en la planta V-1, según especificaron ayer responsables del sindicato de enfermería Satse. Desde esta organización sindical en León, sin embargo, se cuestionó la tardanza en la adopción de estas medidas, elementales para frenar una situación de crisis en la asistencia hospitalaria en la provincia de León que se dejó crecer hasta el colapso. «Urgencias arrastra problemas por alta demanda durante todas las Navidades, y sin embargo no se hizo nada para evitar que fuera a mayores, cuando la gripe es una situación estacional que se repite cada año y resulta fácil de prever los problemas en los que deriva», puntualizó ayer Ruth Barrientos, secretaria provincial de Satse en León. Mientras las disposiciones adoptadas en las últimas horas apaciguan el bloqueo por exceso de demanda que sobrevino al hospital leonés, y por efecto contagio a otros tramos de la prestación en la atención del servicio público de salud en la provincia, la incidencia de la gripe gana nuevas marcas. El contagio del virus se cuenta ya por 400 casos por cada cien mil habitantes, muy por encima de 170 casos que fue el pico más alto registrado durante el año pasado, y por supuesto desmesurado sobre el límite que marca la declaración de epidemia. Según informaron a Efe fuentes del servicio público de salud del gobierno de la autonomía, los virus detectados, según el informe referente a la semana entre el 2 y el 8 de enero, son del tipo A, del subtipo H3N2. Adultos y mayores son los tramos de edad que más se han visto afectados por la infección gripal. Aunque la mayor tasa de incidencia acumulada se registra en el grupo de niños entre cero y cuatro años, donde se han superado los 2.000 casos por 100.000, seguida de los grupos de entre 45-65, 65-74 y 75-69, con cerca de mil casos por 100.000 habitantes.

La mayor parte de los casos se han detectado entre los grupos de no vacunados; pero también se han detectado entre vacunados de entre 45 y 99 años.

La onda epidémica arrastra consecuencia fatales para los afectados en muchos puntos; en Asturias, por ejemplo, se han registrado ya ocho fallecidos; y hay 635 contagios por cada cien mil habitantes.