Una lenta «reorientación»

La inversión se reorienta, lentamente, hacia activos tecnológicos «e inmateriales, como la investigación y el desarrollo». En lo que va de siglo XXI los activos en los que se invierte han registrado «fuertes variciones», según el estudio. La mayor parte del esfuerzo inversor desde el año 2000 se ha destinado a vivienda y construcciones, pero «este patrón ha experimentado un cambio profundo» con la crisis, y en la actualidad la inversión en maquinaria supera a la de la vivienda. «El mayor dinamismo corresonde a la inversión en activos TIC, que ya está en niveles superiores a los previos a la crisis», a diferencia de lo que ocurre con otros factores. Otros activos inmateriales, como la cualificación o la investigación, también crecen de forma «muy superior» a los materiales. Un proceso clave para la economía. «Alentador, pero aún insuficiente», concluye.