El pez grande se come al chico

Los años de austeridad en la inversión en obra púbica llevaron a las grandes empresas constructoras a acaparar las obras que hasta entonces realizaban las pequeñas, desplazando a estas, la mayoría, del mercado. Además, la quiebra de empresas medianas provocó también la caída de proveedores y pymes en un «efecto dominó». Una reestructuración del sector que puede volver a equilibrarse ahora con la propuesta del Gobierno de establecer un sistema de colaboración público-privada en la financiación de las grandes obras. Además de revertir las exigencias fiscales que han supuesto un punto más en la asfixia de los pequeños negocios del sector. «En cualquier caso, la construcción ya está generando empleo, y eso es buena señal. Una inversión de 100.000 millones revierte 50.000 millones en impuestos al Estado, y genera casi un millón de empleos directos e indirectos», recuerda Vega.