Diario de León

FERNANDO REY CONSEJERO DE EDUCACIÓN

«El nuevo conservatorio estará construido para agosto de 2021»

En una rápida escapada a León el consejero de Educación aborda los temas más cruciales para la provincia. Habla pausado, convencido y firme con sus ideas y con la premisa de escuchar a todas las partes, aunque no entre «gritos», para intentar llegar al consenso. Muestra su carácter dialogante y su convencimiento por una educación en la que lo primero, siempre sean los niños y la posibilidad de ofrecer más a aquellos que menos tienen. Cercano y cordial, Fernando Rey también critica «la anarquía» generada por un año sin Gobierno.

El consejero, en un momento de la entrevista. JESÚS F. SALVADORES

El consejero, en un momento de la entrevista. JESÚS F. SALVADORES

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A. Calvo | León

—¿La educación va recuperándose tras los años de la crisis?

—Los resultados de Pisa dicen que Castilla y León es la mejor de España y la séptima mejor del mundo, pero los niveles presupuestarios van más lentamente. Las cantidades aún no están al mismo nivel que antes de la crisis.

—Parece que ya hay consenso para el lugar donde se construirá el conservatorio, en la parcela de La Palomera. ¿Sabemos cuándo se colocará la primera piedra?

—Una obra es un ser vivo. Hay trámites administrativos necesarios y es complejo. Es un contrato público de mucha entidad y todo dependerá de cuestiones como las características del terreno, la licitación.. Pero si todo sigue su trámite habitual el nuevo conservatorio estará listo para agosto de 2021.

—¿La ubicación es ya definitiva?

—A finales de este mes será el debate presupuestario y si se da luz verde a los presupuestos vamos a poder iniciar el procedimiento. Si no se aprueba no. Aún hay que comprobar que las condiciones de la parcela sean las adecuadas, pero la comunidad educativa y la sociedad leonesa la han defendido mayoritariamente y todos los grupos de la oposición la respaldaron por unanimidad como la más adecuada.

—Cuál será el primer paso.

—Recibir la parcela y comprobar que técnicamente es posible la construcción. El Ayuntamiento de León ya le ha dado el visto bueno y después pasaremos a la redacción del proyecto. Los plazos previstos nos llevan al 2021.

—En los presupuestos la partida consignada no llega a los seis millones y usted siempre avanzó que un edificio de obra nueva estaría más cerca de los nueve.

—Quizá podamos rebajarlo el coste un poco, pero también tenemos que tener en cuenta el equipamiento, habrá que revisar el actual para dotarlo del máximo nivel. Hay que ser coherentes. No sólo importa el continente, también el contenido. Habría que hacer un esfuerzo importante al respecto, aunque esto aún está por definir.

—¿Cuáles serán los trámites a partir de ahora?

—Los tres primeros meses tras la aprobación de los presupuestos se dedicarán a los trámites del solar, después nueve meses de licitación, después la ejecución del contrato, la licitación y, por último, está previsto que la construcción se alargue 20 meses. Así, para el curso 21/22 el conservatorio estaría listo.

—La partida para este año ya es de 1.5 millones de euros.

—Sí, parece una partida excesiva para los trámites que corresponde, pero los grupos políticos quieren enfatizar que se va a hacer. Que está en marcha.

—¿León se merece ya, por fin, un conservatorio en condiciones?

—León se merece un conservatorio. En la comunidad sólo faltaban León y Zamora, ahora allí también iniciaremos algún tipo de actuación allí.

—¿Buscarán allí también un estadio de fútbol?

—En León nos pareció un edificio posible, pero parte de la comunidad educativa y social no lo vio. Aquella fórmula no me parecía un disparate. De momento, esta nos llevará más tiempo. La nueva construcción era una opción que nunca habíamos desechado. Pero por fin hemos solucionado un problema enquistado. Nosotros no vamos a imponer, aunque la toma de decisiones es cosa nuestra, en esta legislatura estamos abiertos a las sugerencias, hay que escuchar a la comunidad educativa porque ellos son los que realmente saben cuáles son las necesidades.

—Pero hicieron falta muchas manifestaciones y protestas para que se escuchara a la sociedad leonesa.

—Es difícil escuchar a gritos. El diálogo debe ser con palabras y argumentos. Yo tengo la sensación de que no he cambiado mi enfoque. La Consejería de Educación ha sido coherente. Desde el principio reconocimos la necesidad de un conservatorio adecuado y exploramos a partir de las sugerencias del Ayuntamiento de usar un edificio público en desuso, por responsabilidad.

—Hablando de buscar un consenso. ¿En qué punto está el debate de los deberes?

—Ahora mismo en la comisión. A partir de la información que elabore el consejo escolar elaboraremos unas sugerencias para que las usen de guía los profesores. En principio, serán recomendaciones.

—La matrícula en todos los centros ha bajado como consecuencia de la caída de la natalidad. ¿Esto repercutirá en los conciertos educativos?

—En Castilla y León la concertada siempre ha estado al 30%. No se crea un nuevo concierto si no se ha caído uno anterior. El ministerio confirma que no hemos variado este porcentaje a lo que hay que añadir que se le asigna el 12% del gasto educativo. La concertada es más barata que la educación pública, pero esto no es sólo una cuestión de ahorro, se trata de una libertad de elección para los padres. También hemos llegado a una acuerdo que si se cierran conciertos los profesores pasarán a otros concertados.

—Pero los públicos reclaman más recursos, más financiación y también más promoción.

—De los 30 centros más demandados en Castilla y León, sólo siete son concertados y ninguno está entre los cinco primeros. La escuela pública se defiende por sí sola. Se trata de un esfuerzo sostenido en el tiempo y somos la quinta comunidad que más invierte en educación. El enfoque que enfrenta a lo público con lo concertado es viejuno y rancio. Debe haber un equilibrio y hasta ahora nuestra fórmula es exitosa, con centros de calidad en ambos tipos.

—Sin embargo, en los centros públicos son los que más han sufrido lo que ya se ha denominado colegios gueto, como La Puebla en Ponferrada.

—No quiero llamarles así, pero sí, no tenemos pocos. Incluso varias decenas y no nos satisface. Esto requiere una actuación especifica y estamos elaborando un proyecto para abordarlo, pero es difícil.

—Siguiendo en la comarca del Bierzo. Allí están ahora con la protesta de los bocadillos para exigir que se retire la línea fría y se vuelva a la cocina in situ.

—Las encuestas a los padres sobre el comedor nos dan una nota media de notable. Es cierto que no hay nada menos evocador para comer que hablar de línea fría, aunque es la más segura y el sistema que más se impone porque es el que ofrece más garantías. En el Bierzo no se puede volver a la situación anterior porque no hay cocinas y no hay presupuesto para hacerlas. En todo caso, en el Bierzo vamos a iniciar una actuación para que un tercero, que los padres puedan aceptar, incluso la Universidad, haga un análisis de las comidas y proponga medidas de mejora. Es algo que ya hacemos con carácter general, pero para mí es importante que los padres estén satisfechos, aunque no sé hasta que punto las protestas reflejan el sentido de todos los padres.

—También en Ponferrada se está celebrando ahora el juicio por la agresión a una conserje en el colegio Jesús Maestro. ¿La Junta está tomando alguna medida relacionada con la seguridad en los centros?

—Estamos elaborando un protocolo para profesores y personal de apoyo porque nos preocupa la seguridad.

—También están los casos de bullying y de acoso entre iguales, aunque muchas veces no transciende. ¿Pueden los colegios estar ocultándolos para no dañar su imagen?

—El bullying es el acoso más grave, aunque en Castilla y León estamos por debajo de la media. Sí me preocuparía mucho no poder detectar los casos y ésta es una verdad incómoda. Algunos centros pueden minimizarlo o ralentizarlo, pero también es verdad que muchos casos que se denuncian no concluyen como tal, pero siempre hay que ser muy rigurosos.

—¿En las pruebas de acceso a los nuevos maestros se tendrá en cuenta el idioma?

—Sí, para los profesores de las secciones bilingües se les exigirá un mayor nivel de idiomas.

—En cuanto al tema de las reválidas...

—No, no son reválidas. Me he opuesto muy sensiblemente a ello.

—Entonces, en relación a las pruebas finales, ¿qué resultados se esperan?

—No espero sorpresas y los datos nos van a venir muy bien para introducir mejoras a los centros y también de carácter individual. Tras la consulta a los profesores, serán muestrales las de sexto y las de final de la ESO. Sólo será censal la de tercero de Primaria.

—¿Cree que los alumnos de segundo de Bachillerato, con su nueva prueba de acceso a la Universidad, son unos conejillos de indias?

—Ésta es la que más me preocupa. Sí, han sido unos conejillos de indias porque hasta abril no se ha sabido cómo iba a ser la prueba por la situación de caos y anarquía de un Gobierno en funciones durante todo el año. La política del no es no tiene efectos colaterales. Finalmente la prueba será muy similar a la del año pasado.

—Saltando a la Universidad. ¿En qué quedará el mapa de titulaciones?

—Este verano nos reuniremos de nuevo con los cuatro rectores. Este sistema permite llegar a acuerdos y evitar la duplicación o que se implanten grados que no sean realmente nuevos. Hay que tender a la especialización, porque ahora los campus son muy generalistas. Con los títulos con menos alumnos nuestro compromiso es hacerlos viables, no surprimirlos.

—Tras el anuncio de la rebaja de tasas universitarias para el 2018. ¿Qué queda pendiente?

—Los másteres es lo que más nos preocupa, porque la oferta de grados es buena y de calidad. Los profesionalizantes funcionan muy bien, pero con el resto tenemos un amplio margen de mejora. Tenemos un planteamiento similar a la FP Dual, para garantizar su sostenibilidad en el tiempo, hay muchos másteres con pocos alumnos y debemos hablar con empresas y entidades públicas para que en ellos mejoren su empleabilidad, además de una obligada estrategia de internacionalización.

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