VILLAQUILAMBRE la boda civil número 400
De China al salón de Plenos por amor
Una pareja española recorre medio mundo, desde Harbin (la Ciudad del Hielo) al municipio, para celebrar su enlace civil en el Ayuntamiento.
El alcalde, Manuel García, casó a Paula Baños y Jon Romero en el salón de Plenos el pasado lunes. DL
p. infiesta | villaquilambre
Dicen que el amor traspasa fronteras, y en el caso de la leonesa Paula Baños y el vasco Jon Romero ha tenido que traspasar varias. Ambos expertos en aeronáutica, de 31 años, decidieron cruzar medio mundo, desde Harbin, la denominada Ciudad de Hielo situada en el Norte de China donde trabajan, hasta Villaquilambre para casarse. El gancho, compartir con la familia un día tan especial aprovechando que el fin de semana anterior a su enlace acudirían a la comunión de una prima y a la boda de otra, explica Baños. Para que todo fuera redondo, su unión consta en el registro como la boda civil número 400 celebrada en el Ayuntamiento de Villaquilambre en las últimas tres décadas. El propio alcalde, Manuel García, fue el encargado de ‘bendecir’ a la pareja. El regidor añadió a la necesaria lectura de los artículos legales un poema para hacer más cálida la boda civil. El Consistorio de Villaquilambre es uno de los ‘salones’ más demandados para realizar matrimonios civiles, ya que en él no sólo se casan vecinos y vecinas del municipio, sino también de León capital y otros puntos de la provincia. El Ayuntamiento inició estos casamientos para formalizar la convivencia en septiembre de 1995. Los inauguró el entonces alcalde Antonio Ramos Bayón. En los primeros diez años se celebraron 144 bodas civiles, que crecieron hasta las 200 en la segunda década. Sólo en los últimos cinco años, se han contabilizado 56 enlaces civiles.
Villaquilambre fue pionero en 2014 en poner en marcha el servicio de bautizos civiles. La ceremonia es la alternativa laica al ritual de bienvenida católico a los recién nacidos, instaurado para familias sin creencias religiosas. En el primer acto se leyó un texto basado en la Carta de los Derechos del Niño que recordaba a los padres la responsabilidad en la educación de los menores y la importancia de inculcar valores como la tolerancia y la solidaridad, contemplados en los artículos 6, 12 y 27 de esa declaración aprobada por las Naciones Unidas en noviembre de 1989.