Diario de León

39 ANIVERSARIO DE LA CARTA MAGNA

El día (y la noche) en que la Constitución se reivindicó

El Congreso calienta motores para el debate constitucional pendiente del 21-D, una reforma necesaria pero no urgente

San Marcos, iluminado desde ayer con los colores de la bandera española.

San Marcos, iluminado desde ayer con los colores de la bandera española.

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Paula de las Heras / M. E. Alonso
León

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Fue el día de la Constitución. De su reivindicación. Y del debate sobre su reforma.

Mariano Rajoy sigue mostrando la máxima cautela ante la idea de una reforma constitucional, pero algo se mueve. Quedó patente hoy en el discurso Ana Pastor, durante los actos de celebración del 39º aniversario de la Carta Magna. La presidenta del Congreso, probablemente la popular más afín al jefe del Ejecutivo, podría haber obviado el asunto, pero aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje. "La necesidad de encarar nuestro futuro común -dijo-nos debe impulsar a reflexionar en profundidad para incorporar los cambios y transformaciones que nos permitan dar continuidad a nuestra historia de éxito".

No habló explícitamente de reforma constitucional pero sus palabras fueron recibidas con satisfacción por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. El líder de la oposición no se cansa de repetir que el compromiso adquirido por Rajoy durante la negociación para aplicar el artículo 155 en Cataluña fue claro. Y, en una conversación informal con periodistas, durante el tradicional cóctel celebrado en la Cámara Baja, aseguró que en absoluto cree que el jefe del Ejecutivo le esté "dando largas". Es más, se mostró convencido de que la subcomisión para la reforma se abrirá en septiembre de 2018.

Los socialistas no ocultan, sin embargo, que lo que ocurra en Cataluña en la jornada del 21 de diciembre y durante los días posteriores será clave. "A poco que se vuelva a la normalidad, se podrá dar un buen impulso a la comisión territorial", apuntan fuentes de la dirección. El órgano parlamentario creado a instancias de este partido para evaluar el modelo autoómico no termina de ponerse en marcha, pero la intención de su presidente, José Enrique Serrano, es que empiece a funcionar el 9 de enero, pasados los comiciosy el descanso navideño. Y el grupo socialista espera que lo haga ya con todos los partidos (de momento, se han excluido Podemos, el PNV y los independentistas).

En el PSOE no todos son tan optimistas. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, admitió sus serias dudas de que la Constitución llegue a modificarse. Cree que quienes lo impedirán serán tanto el PP como Podemos. A su juicio, ni unos ni otros tienen auténtica "voluntad" de seguir adelante. "El verdadero problema -dice, en cambio, un veterano de su formación- es que la Constitución debe permitir que gobernemos todos y Podemos quiere una Constitución con la que no pueda gobernar el PP".

 Es cierto, con todo, que los populares se mueven con pies de plomo. Rajoy accedió a crear la comisión para la evalucación del modelo territorial arrastrado por las circunstancias y lo extremo de la crisis catalana. Cuando en 2013 el entonces secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, la puso sobre la mesa, apenas le prestó atención; y eso que el que fuera presidente del Congreso, el popular Jesús Posada, dejó claro que la idea contaba con su beneplácito. Rajoy volvió a fijar, además, sus líneas rojas para cualquier revisión del texto del 78: el consenso, la defensa de la soberanía nacional y que cada partido explicite qué es exactamente lo que quiere reformar. Y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, reiteró que hay muchas cosas que se pueden hacer para perfeccionar el Estado de las Autonomías sin necesidad de tocar la Constitución, a través del refuerzo de los foros de cooperación o de una reforma del Senado. Las posiciones del resto de actores políticos son, por lo demás, variadas. Ni Izquierda Unida, partidario de un debate constituyente, ni los nacionalistas vascos -que exigen el reconocimiento de su tierra como nación- ni los independentistas catalanes acudieron a los actos de conmemoración en el Congreso. A diferencia del año pasado, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sí estuvo pero planteó que el debate de la reforma debe ser un "debate de país" que no se puede "resolver en comisiones" sino entre toda la ciudadanía. Algunos temen que imponga un referéndum aunque los cambios que se acometan, por ejemplo en la sucesión a la Corona, no lo requieran.

La crisis catalana ha puesto encima de la mesa la oportunidad, o no, de modificar la Constitución de 1978, hasta ahora solo retocada en dos ocasiones (1992 y 2011) por el acuerdo de los grandes partidos y sin referéndum. El pacto al que llegaron Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, al amparo del artículo 155, ha servido para constituir en el Congreso la comisión para la evaluación del modelo autonómico como germen de una reforma de la Carta Magna, que se antoja difícil pero sobre cuya necesidad existe un amplio consenso entre juristas y políticos.

Un texto con 39 años de historia que presenta algunas grietas por el paso del tiempo y que da muestras de cierto agotamiento en las respuestas a los problemas de una España que se parece poco a la de 1978. Así ocurre con aspectos claves de la arquitectura que sostiene el modelo territorial. "La reforma está contemplada en la propia Constitución porque el traje de un pueblo se le puede quedar pequeño", asegura Juan José Solozábal, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid. Una renovación que debe acometerse "sin prisa pero sin pausa", según el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y director de Pradpi, Guillermo Escobar, que remarca que la Carta Magna está experimentando desde hace algunos años una cierta "disminución de su legitimidad, especialmente en Cataluña, por lo que conviene reformarla sin demasiada demora". Para Asunción de la Iglesia, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Navarra, no es una cuestión tanto "de urgencia, sino de determinación de búsqueda de compromiso" que, advierte, no puede estar supeditada al envite soberanista. Sobre esta tesis, los expertos rechazan que la revisión se utilice exclusivamente para satisfacer o apaciguar a los separatistas y reclaman que repare "los defectos estructurales graves" del Estado autonómico."La crisis catalana no puede ser el motivo principal de la reforma", arguye De la Iglesia.

El camino a seguir, sin embargo, no será fácil ni rápido. La creación del órgano parlamentario ha puesto de manifiesto la ausencia de consenso entre las fuerzas políticas. Una "exigencia ineludible" para acometer cualquier futura revisión de la Constitución, según reconoce María Isabel Alvarez, profesora de Derecho Constitucional de ICADE. De lo contrario el fracaso está garantizado y la Constitución nacería fuertemente herida. Alvarez insiste en que sería "engañoso" transmitir a los ciudadanos que esa modificación es viable "sí no se llega a un amplio pacto político". Sin consenso Los expertos consultados coinciden en recordar que una de las claves del éxito de la Carta Magna de 1978 es que se construyó con la voluntad de generar un amplio consenso y que fue aprobada por la inmensa mayoría de parlamentarios. "Si se pusieron de acuerdo exministros de la dictadura y personas represaliadas, no debería resultar tan difícil lograrlo ahora", opina Escobar, que apela al llamado 'espirítu de la Transición' para afrontar un proceso de reforma cuyo resultado podría ser incierto.

Pero el problema va más allá de que las formaciones nacionalistas con representación en la Cámara baja estén ahora mismo en las antípodas de poder participar del consenso, sino que entre los grandes partidos no existe una línea de actuación común. El PP quiere efectuar las adaptaciones imprescindibles; el PSOE apuesta por una reforma federal; Podemos defiende el derecho de autodeterminación y Ciudadanos apuesta por recentralizar el poder. "Sólo hay acuerdo en cosas básicas", insiste Solozábal. En cuanto se profundiza sobre los pasos a dar, sostiene el catedrático, "las diferencias son muy grandes.

Es el caso del modelo territorial, que, según apunta De la Iglesia, ha suscitado hasta ahora los mayores problemas "frenando abrir un proceso de reforma cuando el resto de las cuestiones estaban claras". Las competencias de las comunidades autónomas quedaron abiertas e indeterminadas en el texto del 78, al igual que su financiación, lo que ha generado y sigue creando tensiones con el Estado.

León: constitucionalismo por todos los rincones

El Gobierno en pleno, diputados y senadores, presidentes autonómicos y altas instituciones del Estado se reunieron hoy en el Congreso para conmemorar el 39 aniversario de la Constitución, en plena campaña electoral catalana y con la vista puesta en la siempre pendiente reforma de la Carta Magna. Pero ayer, en cada ángulo de la provincia, fueron muchos los gestos y mensajes lanzados en defensa de la Constitución; desde muchos y muy diversos escenarios.

El más monumental se produjo en la fachada del Parador de San Marcos, que luce entre las seis de la tarde y las doce de la noche los colores de la bandera nacional. Esto será así hasta el próximo domingo. Una iniciativa del Ayuntamiento de León con su alcalde, Antonio Silván, a la cabeza.

Las banderas se izaron en muchos otros monumentos y lugares, como la Casa de Botines de Gaudí. Y se dirigieron al viento multitud de ideas sobre la Carta Magna, a favor y en contra. Como la manifestada por el PCE en León. «Podemos constatar que la Constitución ha sido incapaz de ofrecer una solución a los graves problemas que existen en España. Paro, pérdida irrefrenable de derechos como la educación pública...». Y fue precisamente en los colegios donde más se desarrolló ayer la creatividad. Fueron muchos los centros educativos que programaron actividades relacionadas con el aniversario. El Colegio Javier de Puente Castro, por ejemplo, convocó una lectura de artículos de la Carta Magna y dio colores a los chavales para que dibujaran un país algo mejor.

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